Pastillas para no soñar
Pesaban muy poco pero aplastaban sueños, los aniquilaban de raíz, y ella solo
podía agradecer el descubrimiento aunque cada vez le costara más conseguirlos.
Se preguntaba qué pasaría si llegaba el momento en que tuviera que prescindir
definitivamente de sus comprimidos color naranja, aunque conocía la respuesta:
dejaría de estar a salvo de sus pequeños y obstinados perseguidores
noctámbulos.
Tantos
años en prisión por sus crímenes daban para mucho arrepentimiento; también para
largas venganzas, al parecer. No, no podría soportar de nuevo todos aquellos rostros
infantiles de miradas aviesas contemplándola amenazadores tras el velo rojo de
sus párpados dormidos.
Julia
C. Cambil
Y así encontró la salvación en aquellos pequeños comprimidos de color naranja...
ResponderEliminarBesitos, Julia!
No sé si merece esa salvación, pero sabe cómo hacerse con ella. Todo dependerá en el futuro de su proveedor...
Eliminar¡Besitos también para ti, Soraya!
Vaya, al principio no entendía por qué quería dejar de soñar, con lo necesario que ello es. Luego pensé que quizá quería evitar tener pesadillas, los únicos sueños que todos queremos evitar. Estaba en lo cierto, aunque ese individuo merecería dejar de disponer de esos comprimidos para que, además de estar entre rejas, expiara sus culpas de la peor forma posible, con pesadillas aterradoras de sus pobres víctimas.
ResponderEliminarEs el tercer micro que leo con este obligado encabezamiento y, sin que se me molesten mis colegas de escritura, me ha parecido el más original de todos ellos.
Un abrazo.
Muy honrada con tu apreciación, Josep. Yo aún no he leído ninguno más con este comienzo, pero ya me los iré encontrando. Lo mejor de todo es que se me pasó el plazo y me olvidé de subirlo al formulario de participación del concurso. Así de despistada ando, pero ya que lo tenía escrito...
EliminarEstamos de acuerdo, por mucho arrepentimiento que muestre, sus víctimas merecen la revancha.
¡Un abrazo, compañero!
Un buen micro sin duda Julia C. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mamen, me alegro de que te haya gustado :)
Eliminar¡Un abrazo también para ti!
Más jodido que no poder dormir es no querer soñar porque en los sueños es donde se puede disfrutar de la realidad ideal. Pero cuando la realidad onírica es malvada, la cotidiana es aún peor. A veces, son los sueños los que pueden salvarte precisamente de esa situación; a veces, te condenan; tú lo has dicho, a las ansias de venganza.
ResponderEliminarMil besos
La protagonista cree que soñar es lo peor que le puede pasar, tiene miedo, pero me estaba planteando ahora, a raiz de tu comentario, qué pasaría si se le negara esa satisfacción a las víctimas. Igual encontraban otra forma menos onírica y más material de visitar a su verdugo y cobrarse su venganza... Nunca se sabe.
EliminarMil gracias por venir, Macarena. ¡Un besito grande!
Creo que como parte de la condena, también deberían dejar de proporcionarle esos comprimidos,... o al menos cambiarle el color,... y sus efectos sobre el olvido!
ResponderEliminarEstupendo micro Julia!
Muchas gracias, Norte, ¡muy amable!
EliminarCreo que estamos todos de acuerdo en suprimir ese "beneficio" a la presa. A lo mejor podíamos darle un placebo y ver qué pasa, ji, ji.
¡Un abrazo de finde!
Un micro genial, Julia. Alguien como tu protagonista no se merece librarse de la condena de sus pesadillas, ni de sus remordimientos. Yo sólo le daría pastillitas naranjas si me aseguraran que se le iban a atravesar en la garganta (Qué bruta soy), para que veas que tu relato remueve emociones!!!
ResponderEliminarUn beso enorme
Ainssss muchas gracias, Chari. Comprendo muy bien tus sentimientos y los comparto. Menos mal que no he escrito más que cien palabras porque si no entre las dos no es que le neguemos las pastillitas naranjas, es que lo linchamos jajajajaja. Suerte que es todo ficción :))
Eliminar¡¡Un besazo enorme, guapa!!
Julia, con toda sinceridad: me ha impactado tu micro. En pocas palabras dices mucho, ese es el secreto de que sea bueno. Te sigo leyendo...
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Lola. Antes no me gustaba escribir micros, solo lo hacía para obligarme a ser concisa. Ahora les he cogido el gusto y sí que los disfruto.
Eliminar¡Un beso!
Julia no se como te las ingenias para escribir un buen guion en tan pocas lineas.
ResponderEliminarCreo que a muchos los persiguen esos niños y sus miradas, recuerdo esa película, "Los niños del maíz", caray si que eran para asesinarlos, ja, ja.
Espero que estés bien y disfrutando
Siempre tan amable, Harolina. La verdad es que no sé cómo lo hago, a veces me cuesta mucho o directamente no puedo contar nada en cien palabras. Días y días, musas y musas...
EliminarTengo que darte la razón, no siempre los niños del cine son pobres criaturitas indefensas jajajaja.
Muy bien, amiga, llevando todo hacia delante, que no es poco :)) Te dejo un abrazo enorme y mism mejores deseos para esta semana recién estrenada.
Capacidad de provocar escalofríos con solo unas frases...¡chapó!
ResponderEliminarUn besito, Julia.
Ainssss muchas gracias, Noelia, qué gran piropo :))
EliminarUn besito enorme también para ti.
Al principio no entendía porque no quería soñar el protagonista, cuando los sueños son muchas veces los que nos hacen seguir adelante. Luego he comprendido que su vida está llena de pesadillas por los crímenes cometidos.
ResponderEliminarUna gran capacidad de síntesis para provocar estremecimiento, Julia.
Enhorabuena por este magnífico micro.
Besazos.
Muchas gracias, Ziortza, un piropo enorme viniendo de alguien con tu imaginación y que escribe tan bien.
EliminarA veces, a pesar de lo que pueda parecer, es mejor no soñar, o no dormir directamente. Creo que es una dura partida entre la asesina y sus víctimas. Por cierto, espero que ganen ellas...
¡Un beso gigante, guapa!
Que un asesino no consiga conciliar el sueño por los remordimientos me anima a creer en el karma.
ResponderEliminarSabes contar mucho con pocas palabras, Julia, eso es una gran virtud. Enhorabuena.
Un besote.
Si todos los asesinos del mundo se vieran asediados en sueños por sus víctimas, igual servía de medida disuasoria efectiva. La ciencia avanza que es una barbaridad, quién sabe... :DD
EliminarMuchas gracias, guapa, me quedo tan contenta.
¡Otro beso grande para ti!
Estupendo e imaginativo microrrelato en 100 palabras Julia.
ResponderEliminarDesde luego el mundo de las pesadillas quizás sea aún peor condena que la propia prisión. O lo que es lo mismo; el remordimiento de la conciencia que solo a través de la química parece ser atenuado.
Un abrazo y buen domingo.
Muchas gracias, Miguel, muy honrada con tu apreciación sobre el micro :))
EliminarEstoy de acuerdo contigo, hay cosas peores que la propia cárcel, y una de ellas es que te persigan en sueños tus víctimas. ¿Quién dice que con un poco de práctica no pueden salir de los sueños y materializarse? Puestos a imaginar... ji, ji.
¡Un abrazo enorme también para ti y feliz tarde de lunes!
Dudo que las pastillas puedan con los remordimientos. Puede que le impidan dormir, pero los mejores y los peores sueños, los tenemos estando despiertos.
ResponderEliminarUn abrazo
Un interesante punto de vista, David. Siendo así mi protagonista no hace sino engañarse y me queda la sensación de que las víctimas acabarán encontrado el momento de ajustar sus cuentas pendientes...
EliminarUn abrazo también para ti y muchas gracias por venir.
Qué terrorífico micro con tan pocas palabras. Es edificante pensar que, mediante los sueños, puede llegar la venganza de las víctimas.
ResponderEliminarMe ha encantado y el título con la frase de Sabina, buenísimo.
Un beso.
Muchas veces se me ocurren títulos para los relatos que "juegan" con títulos de películas, canciones, libros, etc muy conocidos. En esta ocasión le tomé prestado a Sabina, tal cual, el del micro. Espero que no le importe :D
EliminarSí que es reconfortante, Rosa. Si siempre fuera así, que las víctimas encontraran su venganza a través de los sueños, creo que el índice de criminalidad descendería bastante.
Me alegro de que te haya gustado, ¡muchas gracias!
Un beso también para ti.
Oh Julia que gran relato y cuánta intensidad . Qué escalofrío (y que conste que es un halago jaja). Desde luego, que no hay peor castigo que el remordimiento. Te ha quedado genial, si es para un concurso, espero que tengas mucha suerte, porque tu relato es fantástico! Un besote
ResponderEliminarPara que veas lo desastre que soy, María: el micro efectivamente era para un concurso y, después de haberlo escrito, me olvidé de enviarlo. Pero bueno, si a vosotros os gusta, yo ya me doy por satisfecha. ¿Qué mejor jurado? :))
EliminarMuchas gracias por tu comentario, ¡me ha subido los ánimos varios enteros!
Un beso grande de lunes.
Buenas tardes de domingo, Julia.
ResponderEliminarPuede pasar que cuando se comete ciertas atrocidades y estas se presentan en cada sueño o se cierra los ojos, se quiera tomar esas pastillas para dormir y descansar en paz, aunque le costase conseguirlas seguro que para ella merecía la pena, aunque quizás no las mereciera.
Una condensada historia con tan pocas palabras, tienes gran talento para decir tanto en tan poco espacio, amiga. Felicidades.
¡Un fortísimo abrazo!!
Holitas, Mila :))
EliminarTe agradezco infinito el comentario, primero porque es como tú, amable y generoso, y segundo porque sé de tu poca disponibilidad en estos momentos para leer blogs.
Yo también creo que la asesina, seguramente, no merece esas pastillas que la hacen sentir mejor. Puedo ser cruel, pero como alguien ha dicho en otro comentario, el karma es el karma. Sean sueños que dan terror o sea cargo de conciencia, es una compensación para las víctimas.
Me alegro mucho de que te haya gustado, eres un sol :))
¡Besitos de tarde para ti!
Vaya, pastillitas para la mala conciencia y malas entrañas. Y no se ahoga con una de ellas? Vaya... Buen micro!!!! Un beso
ResponderEliminarYo he inventado una forma de darle su merecido a la asesina, pero vosotros, los lectores, habéis añadido nuevas y originales formas. Lo de atragantarse con la pastillita también parece efectivo jajajaja.
EliminarMuchas gracias, Eme, por el comentario y por venir. ¡Un beso!
hola! fantástico relato, pocas palabras para un contenido terrorífico y muy bien logrado!
ResponderEliminarMuchas gracias, Búhos, ¡muy generosas! Me alegro de que os haya gustado :))
EliminarUn abrazo.
aprovechamos y perdon por ello, para compartirte e invitarte a un blog llamado:" detrasdelaestanteriailustrada" ( asi todo junto) tiene magnificos relatos y le dariamos un alegron, con tu calidez humana seguro lo visitaras, gracias!!
ResponderEliminarTomo nota, Búhos, y muchas gracias a vosotras por la invitación :))
EliminarYa te veo, ya... Perverso, diría yo jajajaja. En cualquier caso tengo que darte la razón: una asesina de niños merece lo peor y si las criaturitas han encontrado la forma de vengarse, no seré yo quien les quite el gusto :P
ResponderEliminar¡Un abrazo también para ti y gracias por venir!
Para aplastar sueños no hace falta ninguna pastilla, querida Julia. Aquí se aplastan los sueños porque no te dejan ni soñar.
ResponderEliminarUn beso.
Tengo la sensación de que no estás muy optimista en estos momentos, y la verdad es que no me extraña. Pero tú no dejes que nadie te impida soñar, aunque solo sea por pura rebeldía.
EliminarUn beso también para ti, querido josé.
La noche es el reino del remordimiento. Al cerrar los ojos, al apagar las luces es cuando todos nuestros demonios salen de a la luz. En este caso por esos pequeños, que mira que dan miedo los niños diabólicos, aunque en este caso clamen por su venganza. Un micro impactante y terrorífico. Has conseguido que la primera frase no parezca un verso libre y se engarce bien en el micro. Un abrazo!!
ResponderEliminarEse es el caso, David, que las víctimas, pobres niños en teoría, dan bastante miedo jajajaja. No le rindo la ganancia a la asesina si se han propuesto cobrarse venganza, pero donde las dan, las toman...
EliminarMe alegro de que tengas esa impresión, la verdad es que tener una frase de comienzo obligatoria condiciona bastante.
¡Un abrazo también para ti y muchas gracias por venir!
Ufff !! Julia un relato perturbador... pero que no arregle con esas pastillas naranjas. Los remordimientos de deberían dejar dormir a muchos, no deberían darles nada de nada, hay hechos imperdonables.
ResponderEliminarEnhorabuena Julia, escribes de maravilla.
Un abrazo grande amiga.
Un millón de gracias, querida Xus, ¡menudo piropo!
EliminarEstoy de acuerdo contigo: uno debe cargar con las consecuencias de sus actos y soportar, si los tiene, los remordimientos. La pena es que este micro sea ficción y las víctimas no puedan vengarse de sus asesinos a través de los sueños. Sería la mar de efectivo...
¡Un besito grande de jueves!