Durmientes

Hubo un tiempo en el que Alma fue una mujer risueña e ilusionada con la vida, llena de proyectos, feliz. Después él se marchó de su lado y ese vacío lo cambió todo. Ahora Alma odia muchas cosas, entre ellas y de forma especial, la Noche. Sus peores momentos de angustia los experimenta en las horas oscuras y vacías de tiempo en las que no consigue conciliar el sueño o despierta de repente sin motivo. El insomnio, en temible cascada, parece activar los nidos de gusano dentro de su estómago. Es como si miles de pequeños cuerpos sinuosos que no dejan de moverse devoraran con paciencia su paz y luego excretaran los restos de su cordura convertida en meros detritus. Le han diagnosticado “ansiedad reactiva a la pérdida de su pareja”, pero a ella poco le importan las etiquetas cuando la única verdad es que no hay fármaco capaz de procurarle un sueño reparador ni de aplacar por mucho tiempo a esos malditos reptantes que la habitan. Inevitablemente después de esos epi...