El destino viene a cenar



No era amiga de gestos exagerados ni aspavientos, pero el fuerte pinchazo en el pulpejo del dedo la pilló tan de improviso que no pudo evitar soltar un sonoro exabrupto al tiempo que retiraba la mano como si quemara. La sangre de la cocinera comenzó a brotar al instante, roja y descarada, por el punto exacto en que la espina se había enterrado en su carne. A ella le preocupaba su dedo, por supuesto, pero más aún haber arruinado con el líquido caliente y viscoso el lustroso ejemplar de salmón que debía ser la cena de sus señores. Concienzuda como era en el cumplimiento de sus tareas, decidió que no bastaba con lavar la mancha bajo el grifo, sino que optó por desechar el pescado entero arrojándolo a la basura. Nadie llegaría a saber nunca que ese gesto salvó la vida de uno de los comensales, destinado a atragantarse irremediablemente con la espina. 

Laurencia adoraba el salmón al horno, a poder ser acompañado de patatas con mantequilla, cebollitas confitadas y una copa de buen vino. Aquella noche, sin embargo, el accidente doméstico en las cocinas de palacio la privó del placer y tuvo que conformarse con un consomé al jerez y pastel de carne y mollejas. Era la segunda contrariedad del día y ni por un segundo consideró disimular su mal humor. La peor parte hubiera debido llevársela su marido, pero Eliseo era un tipo pusilánime y frío como el hielo que había aprendido, con pasmosa facilidad, a desoír sus pataletas. Diríase que poseía el don de borrar el sonido de la voz de su esposa por más que estuviera profundamente enamorado, a su manera, de lo decorativo de su presencia.  

La dama enfurruñada se veía con Mauro ya ni recordaba desde cuándo. Salvo un título noble, tenía todas las cualidades que hubiera podido esperar de un marido perfecto: era varonil, decidido, fuerte, ambicioso hasta el extremo y un amante formidable. Ella había tratado de distraer su aburrimiento y su fogosidad con otros muchos amantes, pero ninguno que comprendiera tan bien como él su mente y su cuerpo. Por eso terminó convirtiéndose en el único. A veces, entrelazados como un nudo de carne tibia sobre las sábanas, fantaseaban sobre cómo sería vivir juntos en el palacio de Eliseo, a la vista de todos y convertidos en los auténticos señores. La escena era perfecta en las ensoñaciones salvo por la fastidiosa existencia del dueño. El caso es que Laurencia, una criatura hermosísima, refinada y caprichosa, provenía de una familia tan aristocrática como arruinada. De ahí que todo lujo y confort imaginables pasaran siempre por la necesaria generosidad de las arcas de su esposo.  

Ella se prestaba a aquellos ejercicios de imaginación solo como un mero pasatiempo, más por alimentar la ilusión de Mauro que por otra cosa. Sin embargo para él, precisamente por su carácter decidido, eran un sueño factible de hacerse realidad. Pensaba para sí que si Laurencia quedara viuda y heredara, no tendría que renunciar a su vida actual y podría estar con él; pero había entresijos del matrimonio de su amada que desconocía. 

La segunda contrariedad del día para Laurencia había sido verse privada de su plato favorito para cenar; la primera, conocer la noticia de que estaba encinta. Ella no albergaba ninguna duda acerca de quién era el padre de su futuro hijo, pero tendría que ingeniárselas para hacerlo pasar por el heredero de Eliseo. No estaba en sus planes arruinar su figura y tener que interrumpir su vida social y sus encuentros amorosos con Mauro cuando el embarazo comenzara a notarse, pero en cierto modo, si tenía éxito en sus planes, era una buena noticia. En su contrato matrimonial figuraba una cláusula que establecía que ella solo heredaría los bienes de su marido si antes le había dado descendencia, en ningún otro caso. ¿Y cómo se proponía llegar a tener descendencia aquella intentona de hombre si nunca le ponía una mano encima? En fin, era propio de Laurencia crecerse ante las adversidades y estaba segura de poder encamarse con él dentro del plazo conveniente. Su humor mejoró cuando se sobrepuso al fastidio y comprendió que ese embarazo inesperado aseguraría definitivamente su posición y su futuro. Dio un pequeño sorbo a su vino y después, con una severa mirada, indicó a la doncella que retirara su plato con los restos del pastel de carne que hubiera debido ser salmón.  

Mauro Amaba a Laurencia profundamente, sin poder y sin querer remediarlo. Sin embargo era realista y sabía a ciencia cierta que ella nunca le elegiría a él. No importaba cuán prósperos resultaran sus negocios ni lo grande que fuera la casa que se mandara construir. Nunca sería un palacio con solera y nunca poseería lo más importante a ojos de ella: un título noble y reconocimiento social. Pero él no había llegado hasta donde estaba dejando que todo lo decidiera el destino, así  que forzaría un poco las cosas y conseguiría que ella comprendiera lo que de verdad era importante. Recursos e ingenio le sobraban y no sería tan difícil contar con la ayuda de algún criado, previa compensación económica, para llevar a cabo sus planes. Bien sabía él que la fidelidad tenía precio.

De postre había Crème brûlée, una receta francesa muy de moda que Eliseo adoraba pero que Laurencia no probaba jamás porque odiaba la yemas de los huevos. En aquella ocasión, sin embargo, él dijo sentirse ahíto y prefirió macedonia de frutas mientras que ella mandó que le sirvieran una ración de la refinada exquisitez gastronómica. Después de todo su hijo era su inversión más preciada en aquellos momentos y había oído que los huevos eran un alimento muy aconsejable para las embarazadas. Los efectos del veneno no se hicieron esperar.

Mauro vivió el resto de su vida llorando a Laurencia y bregando con las consecuencias de haber querido torcer los designios del destino. Eliseo, por su parte, nunca llegó a saber que ese mismo destino que Mauro maldecía, le había salvado la vida hasta dos veces en la misma noche.  

Julia C. Cambil

Comentarios

  1. Ya sabes que adoro los finales inesperados. Y si tienen su puntito "kármico", como en este caso, casi más.
    ¡Un besito!

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    1. Me alegro entonces, Noelia. No lo había visto desde ese punto de vista, pero ciertamente al final cada uno tiene su karma.

      ¡Gracias por venir! :)

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  2. Vaya con Mauro. Eso sí que es salirle el tiro por la culata. Y Eliseo menuda suerte esquiva al destino y esquiva los designios de Mauro. Lo peor fue para la pobre criatura nonata, porque Laurencia también se lo tenía merecido por bruja.
    Me ha encantado y con ese toque gótico queda genial. Por momentos parecía "Dowton Abbey".
    Un beso.

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    1. Es lo que pasa cuando uno juega con fuego, que a veces la fatalidad hace que te quemes. Totalmente de acuerdo contigo, Rosa, en la historia el único completamente inocente es el bebé que no llegará a nacer. Los demás, todos unos intrigantes que encuentran más o menos su merecido.

      Me alegro mucho de que te haya gustado, ¡honor que me haces! :))

      Besitos y feliz viernes.

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  3. No me esperaba ese final. Cierto que tiene un toque a Downton Abbey . Me ha encantado, Julia.

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    1. Me alegro mucho, Marta. Yo tenía claros los escenarios en mi cabeza, y es verdad que eran muy del estilo de la serie que mencionas. Todo nos influye a la hora de escribir, supongo :)

      ¡Gracias por leerme y comentar! Un beso.

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  4. Uf Julia ¡Qué final más difícil!
    A ver, el relato es fantástico y la ambientación está tan bien descrita, sin haber descrito una estancia concreta, que me he visto en medio de un salón con suelo de madera, techos altos, lámparas de cristal y mesas de mármol.
    El lío de Laurencia, también me ha quedado claro. Las posturas de Eliseo y Mauro, bien.
    Pero... aquí el asesino no puede ser el mayordomo!!!!! Porque entonces no hubiera desechado la idea de matar "a espinazos". Mauro, tampoco porque él no trajo el postre. Y sólo quedan dos: Eliseo, sabiendo que a Laurencia no le gustan ese tipo de postres, no lo va a elegir para cargársela. Y ella, tampoco se quería suicidar.
    Quizá los huevos estuvieran malos.
    El caso es que me he quedado con una intriga que ni te imaginas. Verás tú que me voy a pasar media noche pensando en el asesino.
    Sea como fuere, creo que muerto el perro se acabó la rabia porque menudo "marrón" se han quitado todos de encima con esa muerte "fortuita".
    Sabes que me ha encantado leerte jejejejeje Muchos besos

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    1. ¡Holitas, Macarena! Ante todo espero que hayas dormido bien, porque me sentiría mal de lo contrario si fuera por culpa del relato :))

      Te voy a contar cómo lo concebí yo en mi cabeza aunque a lo mejor no haya sido capaz de transmitirlo bien. El pescado echado a perder por culpa del pinchazo que sufre la cocinera es una simple casualidad, una carambola del destino que de no hacer tomado ese rumbo concreto, habría hecho que Eliseo se atragantara y se muriera.

      El postre envenenado es cosa de Mauro, que quería a una Laurencia viuda y libre para estar con él. Muy cierto que él no llevó el postre directamente, pero en el texto dice que "recursos e ingenio no lo faltaban" y que "forzaría un poco las cosas". Igual sobornó a alguien de cocinas para echar unos polvitos al postre... Ese punto queda a la imaginación del lector, yo solo he dado pistas. El caso es que por dos veces en la misma noche las casualidades hacen que Eliseo esquive a la muerte.

      Y colorín colorado... jajjajaja. Te agradezco que me hayas hecho notar que el final no queda claro, esas son las cosas que no advertimos los que concebimos las historias. En cualquier caso si te ha gustado, yo feliz :)

      ¡Besitos de viernes, guapa!

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    2. Me ha encantado Julia!!!! Gracias. Un besazo

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  5. Hola, Julia.
    En pocas líneas has hecho un relato de misterio, intriga, ¡con asesinatos incluidos! La verdad tienes gran imaginación, para idear de principio a fin las tribulaciones de la alta burguesía, con sus miserias, sus secretos, y ansias de poder. ¡Me ha gustado la trama, los nombres elegidos, la atmósfera narrativa! Descubro en ti, una escritora que mejora día a día. (Esta vez no adiviné por asomo el final, je je)
    Un gran abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Lola, ¡es de lo más generoso! Me alegra saber vuestras opiniones y si además son tan favorables, más aún. Yo no noto si mejoro o no, o si un final se entinde bien o queda farragoso, por eso tan importante someter lo que escribo al criterio de los lectores.

      Me alegro de que esta vez no me vieras venir con el final jajajaja.

      ¡Un beso enorme y feliz finde!

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  6. Hola Julia, en primer lugar felicitarte por crear una ambientación que ayuda a enganchar y situar al lector ante las intrigas palaciegas que están sucediendo.
    El veneno en cine y literatura siempre ha dado mucho juego y además en este caso actúa como un arma de doble filo en un final inesperado.
    Un conjunto exquisito. Abrazos y feliz viernes!

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    1. Muchas gracias, Miguel. Cuando me haces comentarios en el aspecto "visual" de los relatos, precisamente por ser tú un enamorado y un entendido en cine, los valoro mucho y presto mucha atención. La ambientación, tanto para bien como para mal, influyen mucho en la historia. Me alegro de que te pareciera adecuada en este caso.

      Respecto al veneno, tengo que darte la razón. Es una forma de matar sutil que permite "delegar" en otros. No se me ocurre nada más taimado y también práctico :D

      Muy honrada de saber que tu opinión es positiva para esta historia. ¡Me alegro mucho de que te haya gustado!

      Un abrazo enorme, ojalá disfrutes mucho y bien del finde :))

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  7. Me encanta que el principio de la historia enlace con el final, y lo haga de manera tan natural e ingeniosa. Perfectamente ambientada, logras crear una atmósfera tensa sumada a una trama bien creada y amena que se lee del tirón con un final contundente. Y por otro lado la narración cuidada, sin resultar empalagosa o cargante, hacen que la lectura sea gratificante. Me ha gustado mucho este relato, de lo mejor que he leído en este blog que comienza su andadura. Un saludo, Julia.

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    1. Un millón de gracias, Jorge. Esta ha sido una de esas historias que se inician con una intención y un argumento y que luego, por el camino, se escribe ella solita cambiándote todos los planes y hasta el final. Como yo no puedo ser objetiva con mis pripios textos, no estaba segura de que resultara convincente la ambientación. Me alegra saber que tu opinión es que sí. ¡Me has alegrado el día! :DD

      Cierto que este blog aún está "en pañales" respecto al número de publicaciones. Procuraré que crezca sano en calidad y fuerte en entretenimiento para los lectores :))

      ¡¡Muchas gracias por venir y feliz finde!!

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  8. Muy iadictivo Julia y qué quieres que te diga solo lo siento por el bebé, el resto vaya colección de "bichejos" con permiso de los bichos.
    El ritmo y el lenguaje ideales para hacer sentir al lector que casi estabas allí viendo cómo se les torcían las cosas.
    Besos

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    1. Como ha dicho otro lector en su comentario, pobre bebé si llega a nacer en ese nido de víboras. Lo de "bichejos" suena muy amable para mis protas jajajaja.
      Me alegro de que te hayas sentido espectadora de primera mano de la historia, Conxita. Para mí es una gran satisfacción. ¡Muchas gracias por leerme!
      Un beso grande de finde :))

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  9. Hola Julia, me gustó el relato está muy bien narrado. El tema del destino o de las casualidades que interfieren inesperadamente en nuestra vida tirando por la borda los planes, es también interesante.
    Se entiende que el asesino es Mauro, pero (como ya te habrás dado cuenta) soy un poco obsesesiva y perfeccionista, me parece que faltaría aclarar un detalle. Cómo logra entrar Mauro al palacio y llegar a la cocina? Era un amigo de la familia o frecuentaba la casa? Basta con insinuar algo de eso para que el final te quede redondo.
    Perdona mi atrevimiento, querida Julia, es apenas una sugerencia.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola, Mirella :)

      Atrevimiento ninguno, todo lo contrario. Te agradezco mucho tu opinión sincera, sobre todo cuando es para ayudarme a mejorar. Más de un lector se ha despistado con el final, así que ciertamente requiere aclaración. Dejé algunas pistas, pero sin duda demasiado sutiles y debo corregir el texto.

      Efectivamente el asesino es Mauro, pero valiéndose de otros para poner el veneno en el postre. Con dinero y "malas artes" puede conseguirse casi todo, y él sin duda anda sobrado de ambas cosas.

      Me alegro mucho de que te haya gustado a pesar de todo. Muchas gracias por la visita y tu valioso comentario.

      ¡Un beso y feliz finde!

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  10. Tengo que confesarte Julia que he tenido que leer el relato un par de veces,.... quizás los chicos no tenemos esa parte del hemisferio tan desarrollada jajaja. Como siempre con esos finales inesperados y sorprendentes. Me ha encantado!

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    1. Creo que más de un lector se ha perdido un poco con el final, y eso solo es culpa mía por no haber dado las pistas suficientes para que se entendiera. Procuraré retocarlo un poco y aclararlo. Aún así tengo que darte la razón, los chicos no sois tan "retorciditos" como nosotras. Si es cosa de hemisferios o de genética, eso ya no lo sé jajajaja.
      Me alegro de que te haya gustado a pesar de todo y te agradezco infinito la sinceridad. Es gracias a vuestra opinión que comprendo cómo perciben las cosas los lectores y puedo mejorar.
      ¡Un abrazo grande de finde!

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  11. Que buenos giros has dado al relato desde su comienzo, Julia.
    Se pueden sacar muchas conclusiones en él pues detalles no le falta.
    Primeramente la cocinera sin saber pero con buen hacer en su trabajo, salvó la vida del pusilánime del marido jaja, que por supuesto no tenía la hora de morir, luego me has hecho ver la verdadera cara de la hermosa Laurencia (que de hermosa poco, al menos en el interior.)

    Y entre lineas puedo imaginar a Mauro el cual cuenta con suficientes "recursos e ingenio," preparando un plan para que el exquisito y letal postre llegue a la casa sin sospecha y con sorpresa, terminando con la vida de su amada, dejando, de nuevo, a salvo al marido.

    Lo curioso del destino, que por más que lo evites siempre viene para hacer acto de presencia en su justo momento y así se cumpla.
    Tus recursos e imaginación se quedan cortos al lado de los de Mauro.
    ¡Genial, amiga!

    Buen fin de semana, preciosa.

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    1. Qué bien lo has entendido todo, Mila, y no sabes la satisfacción que me da. Porque debo reconocer que todo estaba claro en la historia y había cosas que deducir.

      Yo no sé si creo exactamente en el destino, pero sí me parece que hay cosas que están hechas para cada uno de nosotros y no nos va a servir de nada tratar de esquivarlas. Mira si no lo que le ha pasado al pobre Mauro, que ahora está compuesto y sin amante jajajjajaja.

      Me alegro mucho de que te haya gustado. Tu comentario, generoso hasta el extremo, casi me saca los colores. ¡Tú sí que me lees con buenos ojos! Muchas gracias, preciosa. La verdad es que me lo he pasado muy bien urdiendo intrigas palaciegas :DD

      Un beso gigante y muchas gracias por pasarte :)) ¡Feliz finde!

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  12. Julia, no se como lo logras, pero sabes hilvanar historias a la medida del escenario que te planteas, ja, ja.

    Esa vida de palacios y nobleza al parecer siempre esconde secretos inenarrables y llenos de misterios y miserias humanas. Tanta opulencia visual parece que va de la mano con una gran cantidad de vacíos existenciales.

    Según veo a tus personajes, todos son infelices, cada cual llena de la mejor manera que puede o sabe hacer, sus vacíos, desde luego para quedar mas vacío aun y seguir fingiendo ser feliz.

    Creo que la única persona honesta y de seguro feliz, es la cocinera, y desde luego lo mejor del final, es que por suerte el bebe no llega a nacer y se libera de vivir entre víboras, y ademas, que cada uno recibe su propia medicina o castigo.

    Laurencia, en su soledad marital se arrastra a los bajos instintos y por aferrarse a la vida de poder y lujos, se empeña en seguir un juego peligroso, pero empieza a pesar en sus entrañas la vida de su hijo como futuro heredero, y sin saberlo esto la llevara a su fin inmediato.

    Mauro en su ambición desmedida y su amor, toma una decision desesperada y cruel que lo convertirá en un ser infeliz por el resto de su vida, señalándolo como doble asesino.

    Eliseo cautivo de su frialdad e indiferencia, no le queda de otra que vivir y morir solo, aunque la suerte haya estado a su favor.

    Que historia tan jugosa Julia. de seguro que da para mas...

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    1. Como siempre, querida Harolina, tu comentario no tiene desperdicio. Creo que nadie más que tú podría haber reparado en la cocinera como protagonista, y realmente lo es. Al menos por su causa se desencadena, o más bien deja de desencadenarse, una parte del destino de Eliseo. ¡Bien por tu capacidad de observación! :))

      Has usado una frase que me ha gustado mucho: "Tanta opulencia visual parece que va de la mano con una gran cantidad de vacíos existenciales". No sé si esto es siempre así, no me he movido en esos ambientes, pero desde luego el cine y la literatura nos dicen que sí. También mis musas creen que estás en lo cierto jajajaja. Yo prefiero una vida más sencilla pero también más llena de paz y sosiego. Las intrigas me parecen de lo más estresante y está claro que no conducen a la felicidad.

      Me alegro mucho de que te haya gustado el relato y me ha encantado el análisis que has hecho de las vidas, sentimientos y motivaciones de los personajes. Como siempre es para mi enriquecedor mirar a través de tus ojos. ¡Muchas gracias por venir!

      Un abrazo enorme, ojalá estés teniendo un finde delicioso.

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  13. A veces el destino (yo lo llamo Ley de Murphy) te juega malas pasadas, aunque a otros ese destino, léase Eliseo, les viene muy bien.
    Bonito cuento.
    Un besote, guapa.

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    1. Destino, causalidad, Ley de Murphy... muchos nombres diferentes para designar la misma cosa. Si uno va a actuar de mala fe, que se prepare para las posibles consecuencias.
      Gracias, Paloma.
      ¡Besitos de finde!

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  14. El hombre propone, Dios dispone... y la mujer descompone, jajaja.
    Una historia fantásticamente bien narrada, que me ha mantenido pendiente del final, pues sospechaba que alguna sorpresa nos depararía. Una historia en la que todos sus protagonistas salieron perdiendo. A mi entender, el más inocente de todos fue Mauro, aunque, sin quererlo, con su pusilanimidad sembró la semilla de la discordia.
    Un abrazo, Julia.

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    1. Conocía el refrán, pero no la parte que atañe a la mujer ¡y me ha encantado! jajajaja. Quizás algunas personas muy modernas digan que es machista; yo me lo tomo como autocrítica y pienso que es señal de buen humor. Estamos últimamente de un rancio con ciertos temas...

      Me alegro mucho de que te haya gustado, Josep, se ve que esta temporada tengo a las musas en plan "retro". De ciertos enredos sentimentales con asesinato de por medio es difícil encontrar a alguien inocente, aunque unos sean más pasivos que otros. Aquí el único que se salva es el pobre bebé.

      Muchas gracias por tu generoso comentario, ¡honor que me haces! :))

      Un abrazo fuerte y feliz fin de semana.

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  15. ¡Hola Julia! Una ambientación de época exquisita para un relato con final impactante, de esos tan buenos que nos tienes acostumbrados. No sé si el destino está escrito o no, pero desde luego Mauro no supo o no pudo cambiarlo a su antojo. El pobre Eliseo en su ignorancia, sigue vivito y coleando, mientras que los otros han salido muy mal parados. No sé si será el "karma" o simplemente que la vida es muy puñetera, jejeje.
    Me ha encantado, Julia.
    Un besazo, guapísima.

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    1. Para lo que ha pasado en esta historia hay muchos nombres: destino, casualidad, Karma, vida puñetera, como dices tú, o Ley de Murphy, como dice Kirke. El caso es que han acabado todos bastante regular jajajaja. Quizás el más ajeno a todo ha sido Eliseo que no se ha enterado de nada, y eso que le ha tocado la lotería salvándose dos veces en la misma noche. En fin, que las musas estaban juguetonas dirigiendo vidas y jugando a confundir a los protas.

      Un millón de gracias por un comentario tan generoso, Ziortza. ¡Estoy feliz de que te haya gustado!

      Besitos a montones y feliz tarde de sábado, encanto.

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  16. Debe ser cierto, efectivamente, que los portadores del XY tenemos una cierta falta de "malicia genética", porque también me costó un par de lecturas entender este magnífico relato. Magnífico por lo bien tramado y por el ambiente que nos trasmite. En fin, una nueva muestra de tu buen hacer, Julia.
    Como siempre, ¡gracias por compartirlo con nosotros!

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    1. Tomo nota, Santiago. No creo que carecer de malicia sea un hándicap, aunque está claro que todo depende de para qué :P Un millón de gracias a ti por tu visita, tu generoso comentario y por dar una opinión sincera. ¡Me alegro mucho de que te haya gustado!
      Un beso enorme y feliz tarde de domingo.

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  17. ¡Por fin en tu casa, Julita! Qué título tan acertado para un relato así. Sabido es que el destino juega malas pasadas, que hay que dejarse llevar por el destino, que todos tenemos uno escrito y bla bla bla... pero reparo en lo que has escrito y veo que se cumplen todos estos "dichos".
    Mi abuela es de las que cree en él y diría que es lo que tenía que pasar.
    Y es que, así es la vida. No tiene manivela para rebobinar ni la tecla retroceso ;-)

    Me ha encantado tu historia y la profundidad que encierra.

    ¡Un beso gigante!

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    1. Y yo feliz de estés aquí, querida Chelo :)

      Si me pongo a pensar yo tampoco creo conscientemente en el destino, pero es cierto que montones de veces digo cosas del estilo de "esto o lo otro estaría para aquella persona", "será que tenía que pasar", etc. Luego parece que sí pienso que cada uno tenemos un camino marcado. Bueno, también pienso que todos podemos tomar las riendas de nuestra vida y que cada uno sufre las consecuencias de sus decisiones, y eso entra en conflicto con lo anterior. Va a ser mejor que no profundice más jajajajjaa.

      Me ha encantado lo de la "manivela" o el "botón de retroceso", es una verdad como un templo expresada de una forma muy divertida. A mí eso de la manivela, en ocasiones, no me importaría... :DD

      Me alegro mucho de que te haya gustado, linda. ¡Un millón de gracias por venir!

      Besitos de martes a montones.

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  18. ¡Soberbio! Me ha encantado el final. Si me permites la broma, me ha recordado de manera lejana a la deriva que tomaban siempre las intentonas del Coyote con el Correcaminos, que siempre le salían al revés. En este caso, ¿fue el karma, el destino? ¿O era algo que tenía que ocurrir? En cualquier caso, enhorabuena. Es un placer leerte, un abrazo!

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    1. Muchas gracias por venir y por un comentario tan generoso, Ana María. ¡Me alegro de que te haya gustado! :))

      Me has hecho sonreir con esa mención del Coyote. Yo veía esos dibujos de niña y confieso que llegó un punto en que me daba pena el pobre animal, fracaso tras fracaso. Llegué a tenerle manía al Correcaminos jajajjaa. Entiendo lo que quieres decir, en el relato Eliseo tenía que salvarse y no importan los peligros que le acechen, ¡se libra de todo! Parece que tiene "buena estrella", como se dice algunas veces de los afortunados.

      El placer es mío por tenerte aquí. ¡Un beso grande!

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  19. ¡Ay! El destino, ese pedazo de hijo de... Desde luego, el futuro es una nebulosa de posibilidades que solo nuestros actos van acotando y aun así siempre se nos escapa por donde menos nos lo esperamos.
    Es un relato en el que su mayor atractivo, además del tono narrativo tan de época, es ese narrador que adopta los distintos puntos de vista para conformarnos una historia en 360º muy bien pensada y sin cabos sueltos.
    He leído en los comentarios cierta confusión respecto al final. En mi caso no ha sido así, aunque quizá para dejarlo más claro cuando mencionas "dijo sentirse ahíto" añadiría "por el pastel de carne" . De esta forma creo que no queda duda que de no haberse cortado la cocinera hubiera comido salmón y entonces si hubiera degustado el postre envenenado. Un fuerte abrazo!!

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    1. Hola, David :)

      Yo no sé si creo en el destino exactamente, pero lo cierto es que lo menciono con frecuencia. Supongo que es fácil recurrir a él cuando nos suceden cosas imprevistas que no sabemos muy bien cómo justificar. Dicho ésto sí que he preparado toda una trama del destino para mis protas. Es lo bueno de ser "autora" de sus vidas de ficción, que te puedes dar esos lujos.

      Me alegro de que para tí no haya habido confusión respecto al final. A veces tengo dudas sobre si algo en un relato ha quedado suficientemente explicado y mi lector beta, que es mi marido, me dice siempre que confíe en la inteligencia de los lectores, no es su torpeza. No sé si es un buen consejo, pero suelo seguirlo, y con esta historia tuve muchas dudas.

      Me alegro mucho de que te haya gustado y te agradezco la ayuda que me brindas para mejorarla. Lo mejor de exponer en el blog lo que se escribe es, precisamente, someterlo al pulso de los lectores :))

      ¡Un fuerte abrazo de finde!

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  20. ¡Me encanta el título!! Desde luego que el destino... a veces juega de una forma que más parece que los "dioses del Olimpo" estén moviendo las piezas jejeje..
    Julia qué bien encajas a los personajes en el relato, al final siempre sorprendes, y tus relatos se leen de un sorbo.
    Enhorabuena amiga, enganchas enseguida con tu escritura.
    Un abrazo bien grande y feliz semana.

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    1. Hola, mi querida Xus :)
      Te agradezco infinito un comentario tan generoso. Lo hago lo mejor que puedo y cuando consigo que os guste, por bien empleados doy los esfuerzos.
      El título, de entre todos los que estuve barajando, me pareció el más adecuado porque, después de todo, esa noche el Destino fue un personaje más del relato.
      Un abrazo enorme de vuelta y ojalá que estés disfrutando de tu finde.

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