Las verdades del espejo





Las salpicaduras de sangre simulan una obra abstracta en tres dimensiones. Azulejos, sanitarios y suelo blanquísimos han recibido su parte y muestran abundantes pinceladas de un rojo brillante y obsceno. El conjunto, visto a la luz despiadada del neón que lo baña todo, ofende al orden natural de las cosas. Cuarenta y cinco son pocos años para morir, y más de esta manera. El rompecabezas promete ser de difícil  resolución para la policía. 

Hacía tiempo que el calendario se había llevado la redondez de sus rasgos y la expresión inocente que esgrime, haciendo alarde, la juventud. A esas alturas de su vida, con mucho camino recorrido y no siempre fácil, se le habían afilado las facciones del rostro hasta otorgarle unos pómulos salientes, una barbilla que tendía más bien a lo puntiagudo y un ligero declive en el ángulo externo de los ojos. Seguía siendo hermosa, pero ya a nadie le pasaban desapercibidos sus años cumplidos.

Elisa no era consciente del momento exacto en que decidió que estaba envejeciendo y que tenía que hacer algo, pero quizás fue la primera vez que se miró con detenimiento en su espejo nuevo. 

Lo había comprado en una tienda especializada y valía un auténtico disparate, pero era un capricho que le apetecía darse por su cuarenta cumpleaños y no lo pensó mucho. La vendedora le aseguró que estaba dotado con un juego de luces cálidas y frías perfectamente equilibradas en cantidad y disposición. Era perfecto para maquillarse sin distorsiones y para “vigilar” su piel.  La rubia oxigenada le sonrió con pretendida complicidad acentuando sin querer sus patas de gallo; Elisa sintió una nausea incomprensible. 

La rutina se había instalado entre ellos sin sentir, de forma pacífica y casual al principio, convertida en un ritual cargado de energía negativa después. Cinco años habían convivido en el pequeño apartamento la enfermiza obsesión, la mujer y el espejo.

Cada mañana, nada más despertar, Elisa se recogía el cabello para que no estorbara a sus propósitos y se lavaba la cara enérgica con agua termal. Después se regalaba un masaje con aceites esenciales para activar su microcirculación y se aplicaba toda una batería de productos destinados a generar muchas y variadas bondades sobre la piel. Todo esto lo hacía evitando a toda costa verse reflejada en el espejo. Luego marchaba a la cocina a preparar el café que debía insuflarle ánimos para enfrentar la jornada laboral y su odiado pulso con el “enemigo”. Había luchado a brazo partido, tenazmente, todos esos años. Excepto el quirófano, que le producía tanto miedo como el envejecimiento en sí mismo, lo había probado absolutamente todo. 

De vuelta al baño y con la cafeína cosquilleando sus sentidos, respiraba hondo y aceptaba por fin el reto que estaba segura le lanzaba tozudo el espejo. Temía el momento, pero también lo deseaba: quizás “ese” fuera el día en que sus esfuerzos comenzaran a dar frutos. A esas alturas ya no estaba en condiciones de comprender que solo el Tiempo gana la batalla contra el Tiempo. 

Por su parte el azogue, hecho para reflejar verdades casi siempre, sentía los insistentes deseos de confrontación de la mujer como un acoso. Aquel escrutinio detenido y constante de cada línea de expresión, cada pequeño pliegue de la piel, cada incipiente imperfección, le parecía una ofensa a la eficacia de su cometido. Siempre le mostró a las claras la realidad, ¿por qué se negaba a aceptarla? ¿por qué frotaba una y otra vez su nítida superficie como si la imagen devuelta fuera defectuosa y él un incompetente? ¿por qué le insultaba iracunda? Hastiado de la situación había almacenado, día a día, un odio frío y cortante contra Elisa. 

Un ciento de esquirlas como pequeños puñales brillantes asaetean el rostro, el cuerpo y los pies descalzos de la mujer. El camisón es un sudario rojo que se ciñe sin gracia a sus formas inertes. 

El marco que debió albergar originalmente el espejo está descolgado, vacío y tan muerto como ella. Hay uno nuevo a medio desembalar en el salón de la casa.
La teoría es que la víctima se disponía a intercambiarlos y sufrió alguna clase de accidente inexplicable. Nadie comprende cómo se ha podido llegar a la escena que tienen ante los ojos…

Julia C. Cambil


Comentarios

  1. Es increíble lo que transmites.
    Besos

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    1. Hola Julia.
      Qué buen relato. Ainnns los espejos cumplen su cometido pero este a veces lo que nos devuelven es duro de asimilar. En el fondo creo que hay muchos Dorian Grey por la vida.
      Me ha encantado, como siempre.
      Feliz día.

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    2. Gracias, Aydita.
      Besos también para ti.

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  2. El hecho de envejecer o ver pasar cómo el tiempo pasa factura sobre el cuerpo es algo que preocupa sobre todo a las mujeres. Aceptar que el tiempo no pasa en valde es algo difícil para muchas y pasan por todo tipo de tratamientos en busca de la eterna juventud. Creo que aceptar el paso del tiempo sobre el físico es aceptar la realidad de que somos mortales y en el proceso de vida entra envejecer y morir. Envejecer no tiene porque ser un hecho traumático si nuestro corazón, nuestra actitud es positiva y procuramos mantenernos activos y sonrientes, cuidándonos tanto física como esliritualmente. Los años nos hacen más sabias. A veces envejecemos prematuramente porque nuestro interior es negativo y oscuro. Sonreír a las arrugas y amarlas como parte importante de nuestro recorrido vital.
    Excelente relato, Julia. Me ha encantado, querida amiga.
    Un muy fuerte y cariñoso abrazo.

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    1. Totalmente de acuerdo contigo, Marina. Aceptar las cosas que son naturales además de inevitables denota madurez, e incluso yo diría que inteligencia. De qué sirve oponerse a algo que es inevitable salvo para amargarnos la vida?

      Has dicho algo muy importante y es que debermos cuidarnos por dentro y por fuera, querernos en todos los periodos de nuestra vida y aceptarnos tal y como el tiempo nos va haciendo. Creo que es la fórmula exacta de la paz interior y no creo que haya nada más importante :)

      Tus palabras enriquecen y adornan este sitio, me alegro de que te haya gustado. ¡Mil gracias por venir!

      Un abrazo enooorme también para ti, querida.

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  3. Perdona Julia, no sé qu eha pasado que he dejado el comentario como respuesta a otro. Soy caótica.

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    1. No te preocupes, Gemma. A mí también me ha pasado en más de una ocasión. Si te parece te contesto aquí :)

      Yo creo que el reflejo que nos develven los espejos, como tantas cosas en esta vida, nos afectan de un modo u otro según nuestra actitud. Elisa emprendió una batalla perdida de antemano y así le fue. Cierto que es difícil aceptar que un@ empieza a hacerse mayor, pero es un proceso natural y más nos vale tomárnoslo bien, ¡por la cuenta que nos trae! :))

      Me alegro mucho de que te haya gustado, ¡muchas gracias!

      Un beso grande y feliz tarde.

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  4. Ay! Me encanta! Es genial la metáfora que utilizas. Un beso, Julia.

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    1. Muchas gracias, Marta, ¡muy honrada con tus palabras! :)

      Un beso de vuelta para ti.

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  5. "La cafeína cosquilleando sus sentidos" detallazo literario Julia. Muy Bueno.

    La realidad es que los espejos son uno hijos de mala estirpe, ja,ja,ja, ¡qué empeño tienen en resaltar nuestros defectos! Creo que en un mundo sin espejos seríamos más felices, y con eso nos llevábamos por delante la industria de las cremas :-). Que eso es otra, muy bonito ver a chicas de 25 años en publicidad y anunciando crema anti arrugas :-)

    Buen relato Julia, dices y expresas muchas cosas de una manera muy especial

    Besos.

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    1. Sin espejos nos cargamos la industria de las cremas y la de los anticelulíticos jajajaja. Ah qué felicidad no vernos más que reflejados vagamente en los escaparates, en la superficies mansas del agua o en las pupilas de los demás... pero me parece que va a ser que no :P Y si he mencionado lo de los anticelulíticos es justo por eso, porque a veces nos garantizan su efectividad chicas que no han tenido un adipocito de más en su vida. En fin...

      Ahora hablando un poco más en serio, creo que los espejos no son más que herramientas y que depende del uso que les demos así nos servirán para cosas prácticas o para hacernos unos desgraciados (sobre todo cuando se van teniendo unos añitos). Yo no les temo, pero no siempre me gusta lo que me muestran, como es natural...

      Me alegro de que te haya gustado el texto, Miguel. Saberlo me pone muy contenta y me anima a seguir :))

      ¡Un abrazo grande de jueves!

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  6. ¡Qué buena historia, Julia! Verdades dolorosas para el espejo y su dueña, llevan a un desenlace muy sugestivo que se abre para varias lecturas: un espejo enojado y celoso, una mujer sola, desequilibrada, sin otro amante que su obsesión y sus frustraciones. Y la sangre, rompiendo finalmente el equilibrio tenso y estéril de la rutina.

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    1. Qué bien y qué bonito lo has resumido, beba. Ha sido certero, incisivo y casi diría que poético.
      Las obsesiones no traen nada bueno; la soledad tampoco. Creo que la pobre Elisa era terreno abonado para "amantes de azogue" muy inconvenientes.

      Me alegro mucho de que te haya gustado, ¡muy amable!

      Un abrazo :))

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  7. Julia si los espejos tuvieran ese poder y misterio que siempre le han atribuido, habrian muchas Elisas muertas por ahí, ja, ja.

    Me ha gustado como siempre tu genialidad y la forma entusista y descriptiva como narras, tambien algo enigmática, tratando de no revelar más de lo debido hasta que lo amerite, y así sorprendernos con el final.
    Ni siquiera en este caso que empezaste con el final se adivina, se revela ya muy proximo a este.

    Sabes, decidí comprar un tocador con espejo, muchos años despues de casarme, ya con los hijos casi adolescentes, la habitación era muy grande y se veía muy vacía, nunca le he dado mucha importancia a esos detalles excesivos de belleza, quizás porque soy algo chapada a lo natural y siempre me he negado a ser maniquí de vidriera, me gusta estar bien puesta pero sin mucho esfuerzo.

    Cada etapa tiene sus encantos y sus bondades y esa llegada a la madurez, a esos 50 años, es lo mejor que nos puede pasar, siempre y cuando seamos maduros tambien mentalmente hablando.

    Me ha gustado como nos haces ver lo mala que son las obsesiones y lo mucho que nos afecta ponerle tantas energías a lo mismo.

    Abrazos y buen resto de la semana.

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    1. Por lo que te conozco hasta ahora, querida amiga, ya suponía que eso de pasarte las horas frente al espejo ensayando posturas y modelos, observándote extasiada, no iba contigo. Tú eres hermosa de una forma natural, sin muchos artificios, y eso se percibe nada más ver tu imagen. Fíjate que yo creo que le pones mucho más interés a estar guapa por dentro. Lo demás viene solo y es así cómo, sin mucho esfuerzo, te ves también guapa por fuera. Hay por ahí una frase que dice que la curva más sexy de una mujer es su sonrisa, y estoy de acuerdo. Un rostro relajado, sonriente, de mirada limpia, solo puede ser hermoso :))

      Como sabes yo acabo de cumplir los 50. No diré que me preocupa, pero sí que el cambio de decena me hace reflexionar (me pasó igual al cumplir los 30 o los 40). Será por eso lo de este texto un poco macabro. Por algún lado me tenía que salir jajajaja. Y respecto a las obsesiones y las mujeres de psicología tortuosa qué decir, ¡me encantan! :))

      Me alegro mucho de que el texto te haya resultado entretenido y de que saber el final no le haya quitado emoción. Me sube la moral de escritora saberlo, ji, ji.

      Un abrazo enoooorme y mil gracias por tu presencia.

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  8. Noooooo ¡Se me ha borrado todo! Ay madre ¡Cómo estoy! Lo peor es que he perdido el hilo. Venga voy allá.

    Decía, Julia, que hace años que he traspasado el umbral de dejar de mirarme en el espejo. No es que odie las arrugas, ni que añore la juventud( que en parte sí que lo hago, pero no precisamente por la apariencia física). Pero ahora, cuando me veo reflejada en el espejo son otras cosas mucho más profundas las que pienso y tampoco me apetece cuestionar el curso de un tiempo que transcurre inexorablemente.
    Lo que pasa es que hay días en los que ya no me reconozco, y no es por la apariencia física, que también, sino porque me siento aún tan joven y tengo tantos sueños y tantos proyectos... y también sucede que me da miedo el paso de los años hasta que Macarena no se haya convertido en una mujer independiente. Supongo que sobre todo es eso porque, en realidad, con la presbicia, aunque me mire, ya ni me veo bien jajajajaja
    No sé, Julia, es inevitable que el tiempo transcurra, pero lo que a mi me preocupa es que "el físico" (el estado físico) no acompañe a "la mente".
    Un besote

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    1. Te comprendo bien, Macarena. Lo que tú quisieras es estar al cien por cien en todos los aspectos más que nada por tu hija, por si te necesita. Yo siento algo parecido pero es por mi madre: quiero que sea feliz sus últimos años, que disfrute, que nos tenga a las hijas para sacar la cara por todas las cosas que ella ya no puede solucionar. En fin...

      A mí siguen gustándome mucho los espejos porque como he sido presumida toda la vida y me miro con frecuencia, me creo que estoy como el primer día jajajajaa. Lo de la presbicia también ayuda, lo confieso. Yo cuando me doy cuenta de lo mayor que me hago es al hacer cálculos de fechas o cuando veo a los jóvenes de la familia ya convertidos en adultos con trabajos, parejas, etc. Tú lo has dicho: el tiempo transcurre inexorablemente y es perder el tiempo cuestionarse eso en sí mismo. Vamos teniendo unos años, y qué? que nos quiten lo bailao :)

      Siento que se te borrara el comentario y te agradezco mucho que lo volvieras a escribir. Me ha encantado el rato de charla.

      ¡Un beso enorme para ti!

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  9. Una vez más te doy las gracias por relatos como este que hacen pensar a la vez que transmiten y emocionan. La personalización del espejo me ha encantado y la reflexión que trasciende a tu relato, más.
    Como ya han dicho antes, la preocupación por los signos lógicos de la edad parece afectar sobre todo a mujeres, pero esto es así por la presión social que los medios de comunicación ejerce, nada como una buena dosis de crítica y humor (incluso negro) para afrontarlo ;)
    Un abrazo.

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    1. Gracias a ti por tus palabras, Noelia. Sé que tienes poco tiempo y muchas cosas que hacer, así que agradezco enormemente que te detengas a dar tu parecer :)

      Totalmente cierto que los años "penalizan" mucho menos a los hombres que a las mujeres , hasta el punto de que la presión es insoportable para muchas de ellas. Yo conozco el caso de una vecina de mi madre que se suicidó porque no conseguía asimilar que se hacía mayor. Muy centrada no estaría la pobre, pero es realmente triste llegar a eso. Espero que esa concepción, la de que un hombre maduro es atractivo y una mujer madura no, cambie (aunque tengo pocas esperanzas).

      Me alegro mucho de que te haya gustado el relato.

      ¡Más besos para ti!

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  10. Buenísimo Julia. Me ha encantado la negritud de la historia y lo que tiene de enseñanza o de reflejo de la realidad. Es cierto que el ver el deterioro de los cuerpos es traumático. Yo hasta que estuve cerca de los cuarenta, pensaba que mis arrugas eran mías, que me había costado mis años conseguirlas y que eran bienvenidas y queridas. A partir de los cuarenta y cinco (como tu personaje) empecé a verlas como un deterioro y como una inexorable muestra del paso del tiempo que solo el paso definitivo del tiempo remediará (y de qué manera). me ha encantado eso de que "solo el Tiempo gana la batalla contra el Tiempo".
    Pero si a las mujeres normales y corrientes, nos duele y altera ese deterioro, para las que han sido verdaderas bellezas tiene que ser aún más duro. Y no digamos si has vivid de esa belleza (modelos, actrices, etc).
    La venganza del espejo, es impagable. Genial.
    Un beso.

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    1. Muchísimas gracias, Rosa, ¡estoy muy contenta de que te haya gustado! :)

      Yo también me he planteado muchas veces, sobre todo viendo películas de actrices que ya están mayores y que han sido auténticas divas de más jóvenes, lo duro que tiene que ser para ellas envejecer. Creo que contra ese trauma el único remedio es una buena dosis de madurez, de autoestima y de aceptación. Mal asunto si no...

      Ya que estamos confesaré que a mí me preocupan las arrugas pero por una razón muy particular. Tengo manchas de vitíligo en la cara, especialmente alrededor de los ojos, y las arruguitas me complican el tema de camuflármelas porque los productos se acumulan en ellas y en vez de disimularlas se notan más. Como le digo a mi marido, ¡más difícil todavía! jajajaja.

      Rosa no debemos dejarnos comer el coco con la presión que la sociedad ejerce sobre las mujeres. La arruga es bella, señal de todo lo que hemos vivido y sentido, y si a alguien no les gustan, que no miren :))

      ¡Un beso enorme, guapa!

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  11. Un texto impecable, amiga, en el que describes con gran destreza los sentimientos de dolor , angustia y rebeldía de quien no quiere ni acepta envejecer. Y, por otro lado, el sufrido espejo al que diariamente se le pone en entredicho.
    Cuántos espejos, forzados a emular al de la madrastra de Blancanieves, siempre certeros en su diagnóstico pero incomprendidos, querrían cortar por lo sano la contínua e insufrible impertinencia de sus dueñas, acabando muriendo matando, jeje.
    Un abrazo.

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    1. Lo has expresado muy bien, Josep, y parece que hasta sería justo, pero qué miedo me da pensar en la rebelión de los espejos jajajaja. Te imaginas? Más de una que los increpa de malos modos iba a terminar regular... Esperemos que no cunda el ejemplo del espejo de Elisa, ji, ji.

      Me alegro mucho de que el relato te haya gustado. Acabo de cumplir los 50 y creo que habrá más relatos con el paso del tiempo como protagonista, ¡hasta que se me pase la impresión! jajajaja.

      ¡Un abrazo, compañero!

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  12. ¡Hola, Julia! Bueno, creo que te he comentado en alguna ocasión lo que me gustan los enfoques de tus historias. Siempre vas un paso más allá, siempre consigues dar una vuelta de tuerca a historias aparentemente sencillas. Eso dice mucho de tu visión de escritora y de tu pensamiento en el lector para ofrecerle algo diferente.
    Este es uno de esos relatos especulares que consiguen hacer de un monólogo un diálogo con uno mismo.
    El paso del tiempo es algo que no se puede evitar, eso es obvio. Pero los seres humanos parece que nos empeñamos en tomar los años como un conflicto o una pérdida en vez de disfrutar lo que cada época nos tiene preparado.
    Excelente relato, Julia. Un fuerte abrazo!

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    1. Un millón de gracias por ese comentario tan generoso y tan alentador, David. Yo con entretener al lector y escribir con corrección ya me conformo, pero si además alguien a quien admiro por su buen hacer con las letras tiene semejante opinión de mí, ya estoy más que feliz. Mi autoestima como escritora acaba de subir varios enteros :))

      Efectivamente creo que esta sociedad hace del paso del tiempo una especie de trauma, y lo peor es que la culpa la tenemos nosotros mismos por ser tan superficiales y primar siempre el aspecto, la juventud, la novedad... Me apunto a eso de disfrutar lo que cada época de la vida nos tiene reservado.

      Gracias de nuevo y un abrazo enorme también para ti. ¡Feliz finde!

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  13. ¡He disfrutado enormemente tu relato, Julia!.
    El paso del tiempo hace estragos pero yo temo más que afecte a mi movilidad que a las arrugas, para mi es básico poder moverme con cierta soltura.
    Yo voy ya por los 64 y procuro ante todo mantener mi cerebro ágil y mi espíritu alegre que es lo que me hace feliz.
    En fin, hay que saber envejecer con dignidad. Al fin y al cabo si somos viejos es porque hemos vivido.
    Un fuerte abrazo, Julia.

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    1. Totalmente de acuerdo, Carmen. Cumplir años no es una maldición, es señal de que hemos llegado hasta ahí; no todas las personas pueden decirlo, por desgracia.
      Yo creo que la edad, como todas las cosas de la vida, es lo que nosotros hagamos de ella y la percibiremos según nuestra actitud como un castigo o como un regalo. La tuya, tu actitud quiero decir, desde luego es inmejorable y estoy segura de que disfrutarás intensamente los muchos años que te quedan por delante. Cuidarse por dentro para afrontar el tiempo es lo fundamental, mucho más que estar más o menos arrugada. También creo que esta sociedad en la que vivimos se ha vuelto muy superficial...

      Me alegro de que hayas disfrutado el relato; yo he disfrutado tu visita. ¡muchas gracias!

      Un beso y feliz finde.

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  14. hola! lindo relato y aunque nos quejemos y le temamos aparecen igual, las arrugas, ojala todas sean de felicidad, ojala asi sea.

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    1. Lo que hace falta es que nos topemos con un espejo tan susceptible, por si acaso... :)

      Gracias por venir.

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  15. Muy buen enfoque de un hecho que nos va sacudiendo a todos sin excepcion. El giro final es muy inesperado.
    Me encanto

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    1. Muchas gracias, Mirna, muy amable :)

      Yo no comprendo muy bien a la gente que no acepta el paso del tiempo por su cuerpo, aunque supongo que es algo que no pueden evitar y que las hace sufrir. Ojalá que todos supiéramos encajar bien los años que se nos van acumulando.

      ¡Un abrazo y buen finde!

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  16. Una vez más he de felicitarte por tu creatividad y poder de visionar escenas con tanta nitidez. Hay una frase que dices que me ha encantado; "solo el Tiempo gana la batalla contra el Tiempo." su significado es tremendo, pues solo hay tiempo y no hay quién lo gane.

    Suspense y para reflexionar, Julia. Nos muestras a una mujer obsesionada con la apariencia externa, cosa que con el paso de los años por mucho que te acicales los cambios son inevitables , Elisa era superflua. Y luego está lo del espejo, ¡que ingenio! ser el asesino, ahí veo reflejado que las obsesiones desmedidas pueden matar.

    Me encantó leerte en esta faceta que igual de bien dominas.
    ¡Besos de buenas noches, preciosa!!

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    1. Parece que haber cumplido los 50 me está volviendo un poco siniestra, querida Mila jajajajaja. Bueno, eso era broma, pero que pienso en lo rápido que pasa el tiempo, eso es cierto. Y también sé, como bien dices, que los cambios son inevitables y que solo hay una manera sana de enfrentarlos: con aceptación, honestidad y dignidad. Está claro que mi Elisa no era un ejemplo de esas cualidades y le costó caro.

      Le di unas cuantas vueltas a esa frase que mencionas y al final la dejé así. Me alegro de que te guste, trataba de expresar con ella que hay batallas en las que no merece la pena invertir energía y, muchos menos, empeñarse. Están perdidas de antemano :(

      Estoy contenta de que te haya gustado el relato. Sé que tu espíritu reflexivo y sereno está lejos de estos argumentos algo truculentos, y por eso mismo lo valoro más.

      ¡Gracias por tu presencia y comentario, amiga! Un beso gigante para tí y mis mejores deseos para el finde.

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  17. Caray, vaya historia tan terrible, no solo por el desenlace sino por el trasfondo que hay en ella.
    Además de ser un relato impecable y excelentemente escrito (esto ya es marca de la casa y a veces ni lo menciono pero es justo que te lo recuerde de vez en cuando) está lleno de mensaje.
    La poca aceptación que tienen algunas personas de sí mismas se manifiesta somáticamente en su aspecto físico donde la vejez es un elemento difícil de asumir. Algunas personas, como tu protagonista, no toleran la decrepitud física que deviene con la edad, una decrepitud que en realidad no es tal si supieran gestionar mejor su autoestima.
    No me voy a poner psicológica porque en realidad no entiendo mucho de psicología, pero ese afán que tienen algunas personas por mejorar el aspecto exterior creo que denota una falta de seguridad que nada tiene que ver con el físico.
    Un besote y buen finde, guapa.

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    1. Hola, Paloma :)

      El paso de los años, que ya tengo un buen puñado, y ver cómo envejecen mis mayores, me da mucho que pensar. Supongo que este relato es el resultado, en cierto modo, de esas cavilaciones.

      A veces me cruzo por la calle con personas que de espaldas parecen crías (suelen ser mujeres) y de repente se dan la vuelta y son ancianas. No estoy en contra de la coquetería o de arreglarse una, al contrario, pero siempre he pensado que esas mujeres tenían un problema de adaptación a su edad.

      Ya que mencionas la psicología, de la cual yo tampoco sé mucho pero que me encanta, he buscado el término "gerascofobia" apuntado por Yessy y lo incluyen en los trastornos de ansiedad. Pienso como tú, que la baja autoestima y seguridad tiene bastante que ver con su desencadenamiento.

      Un millón de gracias por tu comentario, guapa, ¡a nadie le amarga un dulce! :))

      Un beso enooorme y que disfrutes del finde tú también.

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  18. !Hola Julia!
    Me gustó mucho la ambientación de tu relato, donde tu protagonista, afectada por la gerascofobia le va muy mal con ese miedo irracional. No tomó en cuenta que el envejecimiento biológico es un fenómeno químico a nivel universal. Me ha dejado en reflexión, cuando me llegue la vejez espero aceptarla sin complicaciones!
    Un abrazo y feliz fin de semana!

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    1. Hola, Yessy :)

      No tenía ni idea de que el miedo desmesaurado a envejecer recibiera ese nombre, así que ya he aprendido algo nuevo hoy. Ciertamente es un proceso por el que vamos a pasar todos, y más vale, porque si no significaría que estamos ya bajo tierra (es un decir).

      No sé tu edad, pero seguro que aún te quedan muchiiiiiisimos años para tener que preocuparte por la vejez. Tú disfruta todo lo que puedas y así tendrás preciosos recuerdos y una vida plena.

      Un beso grande y mil gracias por venir. ¡Que disfrutes del finde tú también!

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  19. Creo que en realidad los que resaltan nuestras imperfecciones son nuestros miedos ... jajaja
    De todas formas te diré que en un hotel de Boston había un espejo en el baño en el que todas las mañanas me veía especialmente favorecido,... incluso moreno (siempre voy a esa ciudad en febrero y suele nevar),... finalmente me di cuenta que ese visión benévola que me devolvía el espejo era debida al oscurecimeinto del espejo y a una cuidada disposición de luces incorporadas al mismo,... en fin, mientras duró no fue mal la cosa,... especialmente porqué el espejo era sabedor de que no lo cambiaría ;)

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    1. Seguramente tengas razón, Norte. Los humanos somos especialistas en complicarnos la vida y cuanto más tememos algo, más pensamos en ello, con lo cual alimentamos el miedo. Seguro que la gente a la que no le preocupan las arrugas apenas si se mira en los espejos.

      Qué interesante eso que cuentas del espejo del hotel. Imaginas que hubieras querido traértelo como souvenirs...? A saber qué hubiera pasado jajajaja. Está claro que los hay sinceros, pero tambien taimados y engañosos, los espejos, quiero decir.

      ¡Gracias por leer! :))

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  20. Muy buen relato Julia y la reflexión que nos provoca. El paso del tiempo es inevitable y aceptarlo es un signo de madurez y de aceptación de uno mismo. Es cierto también que la sociedad actual nos “machaca” con ser siempre jóvenes y perfectas, especialmente a las mujeres. Las canas en los hombres se consideran un atributo de madurez, de experiencia y en las mujeres no se ve así, del todo injusto. Sentirse bien con una misma tiene que ver con nuestro interior y en ese sentirse bien por dentro, nos aceptamos con arrugas e imperfecciones que el paso del tiempo va agudizando. Mis arrugas son fruto de mis risas y de mi vida y no reniego de ellas, me cuido y me gusto igual que cuando tenía 20 años aunque sé que ni soy la mismani intento serlo, son étapas de la vida vividas y disfrutadas.
    Besos

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    1. Totalmente de acuerdo contigo, Conxita. El tema es que cada vez más nos volvemos superficiales, vivimos de escaparate y convertimos la apariencia en algo vital, nos comparamos con otras personas, etc. Esto, agudizado como bien dices por los patrones que nos exige la sociedad, llega a angustiarnos y a convertir el paso del tiempo en algo temible.

      Pienso que hay cuidarse por fuera, claro, pero mucho más por dentro. Si estás satisfecha con tu vida, en paz y feliz con lo que has vivido y te queda por vivir, los años se reciben como un regalo, con alegría. Por otro lado no hacerlo así es tonto ya que no hay solución posible. El tiempo no pide permiso.

      Me ha gustado mucho tu comentario, me parece muy inspirador, ¡gracias!

      Un beso grande y feliz domingo.

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  21. Algo de razón tienes, Julio, aunque creo no solo respecto a las mujeres. Creo que la condición de cada cual nos convierte en más o menos exigentes respecto a nuestro físico. Si a alguien le da por obsesionarse con el tema porque es muy vanidoso, hombre o mujer, ahí está la sociedad para presionar y presionar. Cada vez más somos esclavos de nuestro aspecto y si no sabes parar a tiempo...

    Muchas gracias, la verdad es que me costó encontrar un final para el relato. Me alegro de que éste te guste.

    ¡Abrazo dominguero de vuelta para ti! :))

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  22. Hola Julia, hoy por fin he podido leer tu relato. Me ha encantado. Le has dado la vuelta con tu hermosa prosa a esta relación tan complicada que tenía la protagonista de tu historia con el espejo. Muy inquietante, atrapa al lector. Besos.

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    1. Muchas gracias, Miry, me alegro muchísimo de que te haya gustado. Creo que Elisa, la protagonista, estaba tan pendiente de sí misma que no calibró la reacción de espejo y pagó las consecuencias.

      Un placer siempre recibir tu visita :))

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  23. Qué bueno Julia! Me ha gustado mucho cómo has descrito esa gran preocupación que parece muy extendida en la sociedad. Yo creo que la tele y la publicidad hacen mucho daño, y el paso del tiempo no debería afectar tanto, pero por desgracia estamos bombardeados con anuncios de cremas anti arrugas y de productos que frenan el envejecimiento, y eso nuestro cerebro lo absorbe. Pero también hay personas que han sido bellas de jóvenes y siguen siendo a los 50 y a los 60. Deberíamos fijarnos en esos ejemplos también. Audrey Hepburn envejeció de forma natural porque se sentía mejor así, nada que ver con algunos otros famosos operados o inyectados de botox. Y que conste que veo bien las operaciones de estética y que cada uno haga lo que quiera y lo que le de felicidad. También creo que igual que hay personas que odian los espejos, hay otras a las que les gusta demasiado y se admiran ellos mismos hasta el infinito jajajaja quizás son estos los que llevan peor el paso del tiempo.
    Muy buena entrada, un relato que podría ser una reflexión!! Un besote!!

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    1. Holitas, María :)

      Yo creo que en esto del paso del tiempo, como en todo, hay que procurar ser maduros. Nadie puede decir que hacerse mayor tenga muchas ventajas, y te lo digo yo que acabo de cumplir los 50, pero hay que aceptarlo porque no tiene vuelta atrás y porque negarte a reconocerlo solo puede traer ansiedad, obsesión y no aprovechar los años futuros anclada en el deseo de volver a tener una edad que no volverá. Desde luego estoy de acuerdo contigo, los más "presumidos" (narcisistas) y los que solo valoren el físico, lo llevarán peor.

      Por otro lado, como bien has dicho, envejecer con naturalidad es hermoso. Puedes elegir también el camino del bisturí, y si es lo que te hace sentir bien pues genial, pero cuidadín de no acabar como una mala copia de tí misma.
      Fíjate que yo creo que la generación de nuestros padres y abuelos lo llevaban mejor, y será seguramente porque no era visto como un hándicap terrible, porque no había tanta presión social al respecto.

      No tenía intención de hacer una reflexión, solo de hacer un relato, pero mira jajajaja. Muchas gracias por venir y por compartir tu sensato punto de vista :))

      ¡Un beso grande de martes!

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  24. El implacable paso del tiempo!! De momento no me afecta demasiado, a pesar de estar más arrugado, más gordo y más calvo que hace veinte años, tengo la suerte de sentirme bien.
    Las obsesiones nos pueden llevar a situaciones descabelladas, tanto si somos humanos, como si somos espejos!!
    Un abrazo!

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    1. Pues creo que eso es lo importante, David, sentirse bien sea cual sea la edad que uno tiene. El tiempo a unos los trata mejor que a otros, pero si nos cuidamos por dentro, sea cual sea la apariencia que tengamos, estaremos en plena forma :)

      Qué buena tu penúltima frase. Me imagino la obsesión de un espejo y se me ocurren muchas cosas espeluznantes...

      ¡Un abrazo también para ti!

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  26. Muy buen cuento, Julia.
    Una buena metáfora y un final original e inesperado.
    Abrazo!

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    1. Muchas gracias, Federico, ¡me alegro de que te haya gustado!

      Un abrazo enorme :)

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  27. Me da pena la protagonista... es vital aceptarse, quererse, saber que el tiempo nos hace envejecer y eso no tiene porque ser malo. Muy buen final.

    ¡Un besote!

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    1. Totalmente de acuerdo contigo, Diana. Vivir a disgusto con nuestro propio cuerpo y negarnos a aceptar que el tiempo pasa inexorablemente, es un error que no puede conducirnos a nada bueno. Me alegro de que te haya gustado el final, ¡muchas gracias!

      Un beso de lunes.

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  28. Haces una buena descripción de esa decrepitud de la mujer con el paso de la edad. Con cuarenta años la mujer está e su mejor momento. Cuando se pasa los años se va notando en envejecimiento mas acusado. Lo importante es llevarlo con dignidad y es más importante mantenerse viva con movimientos y una buena lucidez que las arrugas. Un buen relato como es tu costumbre mostrarnos. Un abrazo.

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    1. Estoy de acuerdo contigo, Mamen. Los años son inevitables y no aceptar eso solo puede traer amargura. Lo mejor es cuidarse por dentro, procurar disfrutar y aprovechar lo que aún nos pueda ofrecer la vida, que es mucho :)

      Me alegro de que te haya gustado, ¡muchas gracias!

      Un abrazo enorme y feliz día :)

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  29. Hola Julia, vaya, mira por donde ahora soy yo más amiga de los espejos de lupa ¿será por los detalles? los grandes me gustan menos, ¿será por las dimensiones? me veo como el signo de la interrogación, diferente, jaja. Tu relato es revelador, con es fluir tan ordenado que te caracteriza y el párrafo final...lo dicho no hay que fiarse de los reflejos, no siempre se ahuyentan los miedos. Un beso

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    1. Holitas, Eme
      Grandes o pequeños, lo positivo es no tenerle miedo a los espejos. El día que alguien prefiera no ver el aspecto que muestra porque no lo puede soportar o simplemente le cause disgusto, malo malo. Yo creo que tú estás completamente a salvo de eso :))
      ¡Ay los miedos y el paso del tiempo! No, no siempre podemos ahuyentarlos...
      ¡Un beso grande también para ti!

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  30. Tremendo relato, Julia, de una actualidad apabullante. Vivimos en una sociedad en lo que el físico, la imagen externa, prima por encima de todo, y nos es recordado una y otra vez. Prensa, radio, televisión,... Las redes sociales, ¡las malditas redes sociales! Todo gira en torno al mismo hecho, y son muchas las víctimas que se quedan en el camino.
    Un saludo y mucha suerte en el Tintero.

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    1. Así es, Bruno. Si hay personas que ya de por sí aceptan mal el envejecimiento y el deterioro físico que ello conlleva, el entorno los termina de machacar. Al resto, más o menos susceptibles a su influencia, nos influye hasta el punto exacto en que nuestra autoestima lo permite. Ojalá nos cuidáramos tanto por dentro como por fuera :)

      Te agradezco sinceramente tus buenos deseos, que son mutuos.

      ¡Un saludo y muchas gracias por venir!

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  31. Amiga Julia, ¡cómo me ha gustado este nuevo relato tuyo! Escrito con tu exquisito estilo, haces que convivan con absoluta naturalidad por una parte la obsesión con el paso del tiempo y su efecto en el físico de tu protagonista, y por otra una especie de personalidad (casi humana, ahí está el toque vengativo) en un objeto inanimado, pero menos, como es ese espejo tan especial.
    Gracias por compartir este fantástico texto, en dos de las acepciones de la palabra.
    Te deseo mucha suerte en EL TINTERO DE ORO, aunque opino que no la necesitarás.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Ay mi querido Patxi, ojalá tuviera yo tanta confianza en mí misma y en mis posibilidades como tienes tú. Un millón de gracias :)

      Respecto al relato, todos usamos los espejos a diario y reaccionamos de diferente manera frente a lo que nos muestran. Los consideramos, cuando menos, útiles. En este caso y por una vez, quise dotarlos de voz, sentimientos, personalidad frente a los humanos que los emplean, saber qué opinan ellos de, en este caso, una persona obsesionada con su apariencia. Si te gustó el planteamiento, ya estoy más que feliz.

      Un abrazo y mucha suerte también para ti en el Tintero (aunque tampoco creo que la necesites, sinceramente). ¡Allí nos vemos!

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  32. Hola Julia

    Un relato profundo lleno de dobles sentidos. Un asesino de lo más inesperado en un marco tallado a la perfección.
    Enhorabuena, saludos

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    1. Muchas gracias, Paola, me alegro de que te haya gustado :)

      Un saludo también para ti, nos vemos en el Tintero.

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  33. ¡Qué buen relato!

    En lo personal llevo una horrible relación con los espejos desde hace años, por no por el paso del tiempo; sinceramente, es algo que me tiene sin cuidado y, hasta ciertos detalles como las canas, las luzco sin intenciones de cubrirlas...
    Me gustó lo bien que has rescatado una forma tan femenina -lamentablemente- de comportarse, felicitaciones!

    Un beso.

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    1. Hola Alma, bienvenida :)

      No creo que tengas mala relación con los espejos puesto que no tienes problemas de imagen; yo creo que es simple y sano pasotismo respecto a ellos. Seguro que encuentras cosas mejores en las que emplear tu tiempo.

      Respecto a lo que dices del gesto tan femenino que constituye mirarse en los espejos, creo que nos va a costar deshacernos de él. Aún hoy muchas mujeres utilizan los retrovisores y los semáforos en rojo para darse un "repasito" o incluso maquillarse, por poner un simple ejemplo.

      Muchas gracias por la visita y por tu alentador comentario, ¡nos vemos en el Tintero!

      Un beso también para ti.

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  34. ¡Wow! La imaginación al poder. En vilo me has tenido hasta el final, eso que la estructura no es lineal y ya nos lo habías adelantado. Me has hecho recordar el espejo del cuento de Blancanieves. Me quedo con tu versión, sin lugar a dudas. El lenguaje, la ambientación, lo bien que has dibujado el perfil de los dos personajes, donde vemos desde el principio que el espejo tiene todas las de ganar, esa manera de comenzar la historia por el final y el auténtico final tan sorprendente con esa vuelta de tuerca que nos hace pensar... Un placer leer un relato así.
    ¡Felicidades, Julia!

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    1. El placer es mío por recibir un comentario como el tuyo, María Pilar, ¡me voy a malacostumbrar! :))

      No quería empezar el relato por el final, pero se me metió en la cabeza (o más bien se les metió a mis musas) la imagen de la sangre salpicando el baño blanquísimo como forma de presentación y ya no hubo más opciones. Me alegro que aún así lo que queda en medio, antes del verdadero final como tú dices, te mantuviera interesada. ¡Muchísimas gracias!

      Un beso grande, nos vemos en el Tintero :)

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  35. Original e inquietante me parece tu singular relato del espejo asesino. Describes con gran acierto las penosas tribulaciones de esa mujer que se resiste a envejecer y convierte al espejo en su odiado enemigo. Muy lograda esa vuelta de tuerca final que nos invita a imaginar los detalles del sangriento desenlace. A destacar dos frase: el odio cortante y frío del espejo; y El Tiempo sólo es derrotado por El Tiempo. Mucha Suerte en El Tintero. Un abrazo, Julia.

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    1. Hola, Paco

      Muchas gracias por un comentario tan cuidado y positivo, siempre es una satisfacción que te señalen los aciertos de tu trabajo.

      El paso de la edad es algo en lo que no se piensa hasta que no empeizan a cumplirse los años suficientes y supngo que aceptar el declive no es fácil para nadie, especialmente si eres mujer y si estás inmersa en una sociedad como la nuestra, que prima tanto el físico. Es lo que pretendía reflejar en mi relato aunque añadiendo algunas, o más bien muchas, licencias literarias :))

      Un fuerte abrazo tambien para ti e igualmente mucha suerte en el concurso. ¡Nos vemos en el Tintero!

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  36. Fantástico relato, Julia. Los espejos, y las relaciones que mantenemos con ellos, que complicadas¡ No solo porque nos devuelvan nuestra imagen macerada por el paso del tiempo, nuestras arrugas y nuestra decadencia física sino también, porque muchas veces enfrentarnos a ellos es hacerlo con nuestros propios demonios y nuestros miedos. Los espejos nunca nos mienten y la verdad a veces asusta. Fantástico el giro final. Me ha gustado mucho. Suerte en el Tintero.
    Un saludo

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    1. Hola, Conrad :)

      Creo que tienes razón: si ya es malo que el espejo te devuelva la pura verdad cuando el paso del tiempo empieza a restar en lugar de sumar, mucho peor es que nosotros le añadamos además nuevos y terroríficos "matices" a la imagen obtenida. No es agradable saber que seguramente hemos superado el ecuador de nuestra vida, con todo lo que eso conlleva, pero más vale que aprendamos a sobrellevarlo porque no es algo que tenga solución.

      Me alegro de que el relato te haya gustado, ¡muchas gracias por la visita y tu amable comentario!.

      Un saludo también para ti, nos vemos en el Tintero :)

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  37. Impecable como siempre Julia. Narras el drama de una mujer con su propia soledad, aterrada por el paso del tiempo, una obsesión que la lleva a esa locura que tan bien describes hasta casi hacernos sentir atrapados en ella. Es el paso del tiempo una preocupación universal y de ahí que nos sintamos en parte identificados con la protagonista. Te deseo mucha suerte en el Tintero, un abrazo!

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    1. Holitas, Jorge :)

      No es raro que nos planteemos el paso del tiempo y las implicaciones que eso tiene para nosotros, estamos bombardeados de continuo con mensajes que nos meten en la cabeza lo importante que es el físico, mantenerse jóvenes, estar activos, hacer muchas cosas, ser guapos... Para mi protagonista, sencillamente, fue demasiado.

      Muchas gracias por tu amable comentario. Viniendo de alguien que atesora tantos Tinteros, es un honor :))

      Un abrazo enorme también para ti y allí nos vemos, en la gala del Tintero.

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  38. Me encantan los objetos que cobran vida y si se vuelven despiadados y fríos asesinos, mucho más. Me ha gustado mucho tu relato, Julia. Mucha suerte en el Tintero. Saludos.

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    1. Muchas gracias, Beatriz. La verdad es que compartimos ese peculiar gusto :))

      Un saludo también para ti, ¡nos vemos en el Tintero!

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  39. Me ha gustado el tema del relato y la forma de narrarlo con todos sus dobles sentidos y ese léxico tan rico. Me parece muy original personificar al espejo y el desenlace final.
    Un abrazo compañera!

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Araceli, eres muy generosa. Supongo que el paso del tiempo es algo en lo que todos pensamos en algún momento. De ahí a la obsesión como tema de un relato no hay mucha distancia, je, je. Por si acaso yo no voy a comprar ningún espejo nuevo.

      ¡Otro abrazo grande para ti!

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  40. Hola julia. Si es que hasta en los probadores de las tiendas las luces y los espejos los “trucan” para hacernos parecer más altas y delgadas… luego llegas a casa y pasa lo que pasa, que el modelito no nos quedaba tan bien como en la tienda.
    Ahora en serio. Buen trabajo Julia, con una carga emotiva en la no aceptación del paso de los años y el declive de la juventud y belleza. Bien por esos dos bloques diferenciados de los datos sobre la extraña muerte de la protagonista, y la vos omnisciente que nos habla desde el interior de Elisa.
    Gran final compañera. Un cálido abrazo.

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    1. Hola, Tara :)

      Nunca me había parado a pensar que los espejos de los probadores desvirtuaran la imagen que reflejan, pero sí es cierto que me ha pasado muchas veces que en la tienda me venía genial y en casa ya no tanto. ¡Qué malvados son con nosotr@s! jajajaja.

      Te agradezco mucho la visita y el comentario tan positivo. La verdad es que para mí es una satisfacción que te haya gustado el relato siendo como eres "la Reina de los Tinteros" :)) Yo ya voy teniendo mis añitos y el tema del paso del tiempo me da que pensar, así que seguramente no será la última vez que sea pretexto para escribir una historia. No dicen que escribir es una terapia? Pues eso :P

      Un abrazo enorme y mil gracias por venir, me ha hecho ilusión. ¡Que pases feliz tarde!

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  41. Vos no, ni voxxx ¿ehhh? VOZ con zeta, que se me escapó la ese canaria.

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  42. Mi más sincera enhorabuena, amiga Julia, por tu MENCIÓN HONORÍFICA que no ha sido TINTERO por un solo voto, mala suerte...
    Un fuerte abrazo.

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    1. No importa, Patxi, estoy súper contenta con ese cuarto puesto. Además, siendo positivos, así puedo participar otra vez este mes jajaja.

      Muchísimas gracias por tu felicitación, eres un sol de hombre.

      ¡Un abrazo también para ti!

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  43. Felicidades Julia por tu mención honorífica en nuestro Tintero.
    ¿Ves? Vale la pena mirarse en el espejo de las buenas letras, como es el caso.
    Un abrazo cariñoso compañera.

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    1. Muchísimas gracias por tu felicitación, Tara. La verdad es que estoy súper contenta, para mi el cuarto puesto ya es lo más de lo más teniendo en cuenta el nivelazo que hay.

      ¡Otro abrazo enoooorme para ti! Has sido un encanto por venir hasta aquí, te lo agradezco mucho :))


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