Promoción del 69



Hacía un siglo que no sabía nada de ella. Bueno, un siglo no, solo veintiséis años, pero aquella tarde, para mi sorpresa, Montse se acordó de mí. 

Confieso que aun no esperándolo en absoluto me alegró mucho su propuesta: “Hola, me acabo de encontrar con Beatriz y después de unas cuantas cañas hemos pensado que vamos a organizar una comida para reunirnos todas las alumnas del cole que cumplimos los cincuenta este año. Te agrego al grupo de whatsApp que hemos creado, ve metiendo a toda la gente que puedas localizar y corre la voz”. 

Yo en ese instante iba en el coche precisamente a Granada, mi tierra, donde aún vive mi familia y donde estudié toda mi etapa escolar. ¡Cuántos recuerdos desperezándose en mi mente! ¡Cuántas anécdotas con las compañeras y profesores! Estuve allí desde los cuatro hasta los dieciocho años, como para no tener algún recuerdo por muy desmemoriada que una sea.

Por lo general yo no necesito tener mi móvil en silencio, él ya es bastante discreto de por sí, pero en cuanto el grupo de antiguas alumnas comenzó a cobrar vida, fue un no parar de campanitas y vibraciones en el bolso y en la muñeca (culpa mía por llevar una pulsera de actividad que me avisa, mediante un zumbido y un leve “traqueteo”, de los “eventos” de mi ahora hiperactivo aparato). 

Pero soslayando este pequeño inconveniente, tener noticia de las niñas que dejé atrás en mi vida hace tantos años, hoy convertidas en mujeres, es emocionante. Algunas siguen viviendo en Granada o al menos en Andalucía, pero las hay repartidas por todos los continentes y dedicadas a las más variadas actividades que se pueda uno imaginar. Poco a poco fueron surgiendo travesuras compartidas, inocentes mofas a los profesores de aquel tiempo hechas con más nostalgia que deseo de burla, fotos de aquellas que nos hacían las monjas en serie para regalar a nuestras madres en su día y en las que todas lucíamos angelicales, juegos de patio a la hora del recreo, motes para dar y regalar, preguntas formuladas con cierta timidez… Soy fulanita, ¿os acordáis de mí?

Y el hielo acabó por romperse del todo a no mucho tardar, entre risas y continuas incorporaciones al grupo (hay que ver lo eficientes que han resultado algunas compañeras a la hora de localizar personas. Si alguna vez pienso en desaparecer les temeré más a ellas que a la policía). Poco después comenzaron a surgir también retazos de las vidas adultas de cada una. No es algo metódico, sino como el surgir caprichoso de esas flores silvestres que nacen a su antojo en el campo. Cuando menos te lo esperas el móvil entra en “estado convulsivo”, como yo digo, y si te asomas al grupo alguien anda contando de su divorcio por las buenas o por las malas, o de su lucha a brazo partido contra la puñetera enfermedad que amenaza a alguno de los suyos, o de las pérdidas irreversibles que a nuestra edad ya nos ha impuesto la vida, o de los años invertidos en hacer realidad algún sueño… Son letras hechas pura vida. 

Me gusta leer sus experiencias, muchas de ellas me provocan verdadera admiración, y al mismo tiempo me apena ver que apenas queda nada de aquellas chiquillas felices que disfrutábamos de una existencia sin preocupaciones. Éramos muchas y, sinceramente, a algunas no consigo recordarlas con nitidez, pero igualmente me siento orgullosa de ese puñado de mujeres luchadoras y valientes que han encontrado su camino peleando duro a cada paso. 

Ya he mencionado que el motivo del reencuentro es que este año todas cumplimos el medio siglo, luego quitando a las compañeras con las que posteriormente mantuvieras contacto por alguna razón y a las que hicieron contigo la carrera, resulta que la mayoría no nos hemos puesto la vista encima en treinta y dos años, más o menos. ¿Cuánto cambia una mujer en treinta y dos años? Pues tal y como nos vemos las unas a las otras, ¡nada de nada! ¿No es esto un milagro moderno de los que verdaderamente valen la pena? 

Costó un poco pasar de colgar en el grupo las fotos infantiles a colgar las de adultas, pero siempre hay alguna valiente que abre camino y a las demás no nos quedó más que imitarla para no pasar por cobardes. Sobra decir que la pionera tiene un cuerpazo escultural, pero es que ya era alta, rubia y guapísima en el cole, ¿qué culpa tiene la pobre? Las demás también estamos idénticas según jura y perjura el magnánimo público (algunas incluso mejor). ¿Qué son unos kilitos de más en la cintura, las patitas de gallo alrededor de unos ojos que misteriosamente parecen más pequeños que antaño,  las gafitas de las que ya no nos desprendemos más que para dormir, los piececitos con juanetes que nos dejaron de recuerdo los tacones de la juventud, las manchitas en una piel que en otro tiempo fue blanquísima, el pelito algo más ralo y desde luego teñido para disimular las canas? Nada, no son nada en absoluto,  y aunque yo me extendiera hasta el día del juicio final con esos detalles, seguirían sin ser nada. Bueno, edad si acaso, pero no nos vamos a reunir para celebrar eso, por fin lo he entendido. Nos vamos a reunir para celebrar y honrar como merece nuestra infancia, ahora que sabemos valorarla plenamente. 

Luego nos despediremos entre abrazos y besos, prometeremos continuar en contacto y seguiremos lidiando con la vida, a brazo partido si hace falta.

Me han encargado que prepare un brindis para la hora de los postres, pero aún no sé qué podría decir…

Julia C. Cambil

Comentarios

  1. Genial, Julia. La duda que me queda es cuánto de real y cuánto de ficción hay en este relato. Confesaré que yo me reuní una vez con mis compañeras de colegio y no me quedaron más ganas. Tal vez con dos o tres sí, pero así en mogollón con todo el curso... Demasiada gente para mí.
    Si es real, veo que tus recuerdos son mejores que los míos (que no es que sean malos) o quizás es que tú eres más sociable que yo, para lo que tampoco se necesita demasiado.
    El caso es que me ha encantado y ese final es buenísimo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Rosa

      Creo que debería haber aclarado que este texto no es un relato al uso, sino una especie de homenaje a esa reunión de compañeras que tendremos en el mes de septiembre. Es cierto palabra por palabra: son mis impresiones, la forma en que yo percibo este reencuentro y todo lo que conlleva de carga emocional, que para mí es mucha. Estuve en ese colegio desde preescolar hasta C.O.U, así que imagínate.
      De todas formas te entiendo, cada cual tiene su carácter y sus preferencias. Mi hermana por ejemplo, que estuvo en el mismo colegio el mismo tiempo, no entiende que me haga tanta ilusión ni que me parezca una idea tan buena. A ella le horrorizaría enfrentarse a un evento "multitudinario" como éste después de tanto tiempo :)

      En cualquier caso, con dudas o sin ellas, me alegro de que te haya gustado leerlo. ¡Gracias, guapa!

      Un besazo de miércoles.

      Eliminar
    2. Tu hermana sí que entiende... 🤣

      Eliminar
  2. ¡Hola Julia! Me ha encantado esa forma tuya tan jovial y divertida con que narras este encuentro con la infancia. Qué cierto es que cuando nos encontramos con personas con las que hemos coincidido en algún momento de nuestra vida, ya puede ser en la escuela o en el trabajo después de tantos años, parece que todos encontramos a todos muchísimo mejor, incluso hasta rejuvenecidos a pesar de esos quilitos de más o esa pequeñas arrugas sin importancia, etc. la referencia que haces sobre el móvil me ha parecido de lo más divertida jajaj, ese artilugio que estando en grupo es imparable, es como si despertase de su letargo para amenizarnos la vida si es que nos resulta aburrida.
    Una preciosa y entrañable historia excelentemente narrada con tus geniales y divertidos toques de humor.
    Te dejo un enorme abrazo con todo mi cariño.

    P.D: Seguro que se te ocurrirá alguna frase de lo más genial para el brindis. ¡¡¡Chin-chin!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, querida Marina!

      Me alegro mucho de que hayas encontrado el texto divertido; a mí desde luego me ha gustado mucho escribirlo. Es un pequeño homenaje a este encuentro, reencuentro más bien, y a esa etapa de nuestra vida en la que no teníamos preocupaciones y éramos, como corresponde a los niños, felices e inocentes. Ahora, con la experiencia que da la vida y muchas cosas a nuestras espaldas, es imposible no sentir un poco de nostalgia. Y es bonito, o eso creo yo, encontrarnos tan estupendas después de tantos años transcurridos :))

      Un abrazo inmenso también para ti y mil gracias por leerme y acompañarme. ¡¡Chin-chin!!

      Eliminar

  3. Ánimo con el brindis y con el encuentro. Yo creo que todas hemos pasado por esas citas nostálgicas con más o menos éxito. Suerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estos encuentros son, básicamente, señales de que vamos dejando atrás etapas de nuestra vida. Procuraremos que sea un éxito pero garantía no hay nunca jajaja.

      Muchas gracias por tus buenos deseos, Sara :))

      Eliminar
  4. Julia que entrada tan divertida y diferente a las ultimas nos traes hoy, supongo que como casi en todas hay algo de vivencia tuya, en esta se me hace que es mas realidad que ficción.

    El mes pasado se reuinó la promo de la universidad vinieron muchos del exterior, hicieron una gran fiesta y lo pasaron super, yo no asistí y como algunas no querian irse sin verme me reuni con ellas en una plaza y lo pasamos muy bien allá, celebro mejor estas reuniones pequeñas donde hay mas oportunidad de compartir que las fiestas con muchas personas que ni siquiera llegaste a tratar. Desde luego en el colegio es diferente, son menos personas, la universidad es otra cosa y mas en la que estudié, en la estatal (UASD).
    Aunque no uso WhatsApp me entré que la actividad del grupo obligó a que más de uno lo pusiera en silencio, y los cuentos salieron a relucir, ja ja.

    Yo asisti hace años a un encuentro con algunos de los muchachos de mi promo del colegio y lo pasamos muy bien todos, luego vino un grupo mas reducido a mi casa. Es bueno recordar y vivir de nuevo esos bellos tiempos.
    Sin dudas se lo pasarán de maravilla todas, y ya se te ocurrirá un buen discurso para el brindis.

    Has hecho una entrada muy original querida. Te estaba extrañando ya, que bueno que apareces y con tan jocosa entrada. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Veo que tienes una amplia experiencia en esto de reunirte con los compañeros con los que estudiaste, querida Harolina, y me alegra por lo que tiene de celebración y recuerdo de tiempos que debieron ser buenos aún con sus dificultades :)
      Para mí es la primera vez (acertaste en que había mucho o más bien todo de autobiográfico en el relato) y lo cierto es que me hace ilusión. Además, como decía, me siento muy orgullosa de muchas de esas niñas que hoy son mujeres hechas y derechas con experiencias muy difíciles a sus espaldas. Para mí son inspiradoras. Sinceramente espero que el encuentro salga bien y que no sea el último.

      Respecto a mi ausencia involuntaria, he tenido al padre de mi marido hospitalizado con un infarto y ya puedes imaginarte, ni siquiera he estado en casa. Por fortuna todo ha ido bien y se está recuperando, pero la edad cuenta mucho y son 86 años. Es una situación difícil para la familia y, sobre todo, para mi suegra. Ahí andamos, muy pendientes también de ella.

      Me alegro mucho de que te haya gustado el texto; yo desde luego lo escribí con todo el cariño del mundo.

      Un gran abrazo, amiga, y mil gracias por estar siempre ahí.

      Eliminar
  5. Qué bonito Julia! Pienso como Rosa, que no sé cuánto hay de real en el texto o si en cambio, es un relato narrado en primera persona. Sea lo que sea, el tiempo pasa y cada una toma un camino. Con mis amigas del colegio me he distanciado mucho, con las del instituto no tanto, pero las de la universidad son ahora con las que vivo el día a día. Al final vamos evolucionando.
    Lo bueno de las redes sociales es precisamente esto, que puedes reencontrarte con personas del pasado. Sin ellas, esto sería muy difícil!!
    Qué bonito compartir recuerdos :))
    Por cierto, los grupos de whatsap hay que silenciarlos siempre jajaja
    Un besito guapa, me ha encantado esta entrada :))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Holitas, María!

      El texto es completamente autobiográfico y esta reunión, si todo sale bien, será en septiembre. Para mí es muy especial porque no fui a un instituto, hice el bachiller y el COU también en el colegio, así que fueron un montón de años. De la carrera, por el 25 aniversario, hubo el año pasado una reunión pero no pude ir, así que en estas lides éste será mi estreno. Me hace una ilusión especial también porque, al no vivir allí, en Granada, es una forma más de volver a casa :))

      Respecto a las redes sociales tienes toda la razón: ¡sin ellas no serían posibles estos encuentros! Y ya, ya he aprendido que los grupos multitudinarios hay que silenciarlos si no te quieres volver loca jajajaja.

      Me alegro de que hayas pasado un ratito agradable leyendo, ¡muchas gracias por la visita!

      Un beso grande grande para ti.

      Eliminar
  6. ¡Hola, querida Julia, ya te echaba de menos! Bueno, lo importante es que continúas adelante con tu nuevo blog y hoy nos presentas esta entrada tan divertida y con esas notas nostálgicas de un tiempo pasado donde tantas experiencias nos fueron marcando una vida junto a esas amigas de la infancia, a las que difícilmente olvidamos por completo.
    Yo también todavía recuerdo con mucho cariño todas las vivencias que compartí durante esas primeras etapas de mi vida, rodeada de tantas niñas, ya que me tocó una época donde aún se separaban a los niños de las niñas. Luego ya de jovencita cambió todo ese sistema educativo tan obsoleto y represivo, por lo que fui compartiendo pupitre también con chicos de mi edad.
    No he tenido ocasión de reunirme nuevamente con mis compañeras de estudios, (colegio, instituto y universidad), ya que la mayor parte de esos años residía en León capital con mi familia y después me he ido trasladando de lugar de trabajo y de domicilio a bastantes kilómetros de distancia, por lo que practicamente fui perdiendo el contacto.
    También te alabo el gusto por intercalar en tu narración esos toques de humor, especialmente cuando mencionas al móvil y el lío que monta dicho aparatito ;)
    Me ha gustado tu relato y espero seguir disfrutando de otros nuevos.
    Un abrazo cálido y que la semana sea muy benévola contigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Estrella :))

      Te aseguro que mi ausencia ha sido del todo involuntaria. Fuimos a Granada a celebrar una primera comunión y cuando ya estábamos haciendo la maleta para volver, nos avisaron de que a mi suegro le había dado un infarto. Ya te puedes imaginar la situación, al final nos hemos tenido que quedar allí más de una semana :( Por suerte todo se va resolviendo favorablemente y ya estamos en casa, pero llevo un retraso terrible en todo lo que se refiere a los blogs. A ver si consigo ponerme al día prontito.

      Yo jamás llegué a tener un compañero de pupitre, siempre fueron chicas y justo al año siguiente de terminar el COU y dejar el colegio, lo hicieron mixto, ¡cachis! jajajaja. No sé si hubiera sido mejor o no de otra forma, pero es lo que me tocó vivir.

      El vivir lejos de la ciudad donde se estudia, indudablemente, no facilita mantener el contacto con las compañeras. Yo me fui cuando terminé la carrera y me casé, pero como voy mucho a ver a la familia he seguido viendo a muchas de ellas que viven por la zona o que lo hacían de pequeñas y siguen visitando a sus padres. A otras en cambio les perdí la pista hace más de treinta años.

      En fin, que me hace ilusión este reencuentro y que me encanta saber de sus vidas aunque el whatsApp me vuela loca. A ver qué tal sale todo :D

      Un millón de gracias por pasar a leer, Estrella. Me alegro de que hayas encontrado motivos para la sonrisa.

      Besitos nocturnos y apacibles para ti, ojalá que tus buenos deseos sean realidad para las dos. ¡Hasta prontito!

      Eliminar
  7. Conociéndote, has escrito un relato de algo que suele ocurrirnos a casi todos,... (Norte ya pasó por esa reunión hace unos años). Mezclas maravillosamente esas pinceladas de realidad que hacen que tu relato parezca autobiográfico,... aunque en el fondo sea una invención...
    Me ha encantado!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. También pudiera ser que haya añadido algunas pinceladas "literarias" a un relato del todo autobiográfico. Y si no acertaras en tu suposición, significaría que aún puedo sorprenderte... Eso me pone casi tan contenta como la reunión con mis compañeras del cole :))
      Espero que Norte disfrutara en la suya, quizás algún día nos cuente ;)

      A mí me encanta que te haya gustado. ¡Gracias por leer!

      Eliminar
  8. ¡Hola!
    Me ha encantado a pesar de compartir la duda con Rosa y María y no saer cuánto es real y cuánto ficticio.

    Yo hace poco me reuní con amigos del instituto y fue genial. Con las del cole perdí el contacto escepto con un par de ellas, y nos vemos muy poco aunque hablamos algo por redes sociales.

    Muy feliz noche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para no dejarte con la duda, Gemma, te diré que todo es verdad verdadera :)) Aún falta para la reunión, que será en septiembre, pero yo estoy contenta desde ya.

      Es difícil mantener el contacto con todo el que pasa por nuestra vida, pero está bien conservar a alguien de cada etapa, no? En esto las redes sociales son súper útiles. Me alegro de que tu reunión con los compis del Instituto saliera tan bien. Igual algún día te apetece hacer una reflexión sobre ello, no? :)

      Un beso grande y feliz noche también para ti.

      Eliminar
  9. El vínculo entre quienes compartieron toda la infancia, como los compañeros de clase, es algo único. Es cierto que permanece en letargo desde que terminados los años académicos cada uno toma su vida; pero en estas reuniones seguro es muy sencillo volver a recuperar aquella camaradería... incluso con quienes nos cayeran mal. Un relato estupendo en el que hemos acompañado las tribulaciones e inseguridades de la prota. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, David :)

      Yo también tengo esa misma experiencia: el vínculo se restablece en un momento porque ya no somos personas individuales, sino parte de una experiencia colectiva que no se puede borrar por completo jamás. Unas cosas las recuerdas mejor que otras, a unas compañeras las tienes más nítidas en tu memoria que a otras, pero todo es "familiar" y el cariño resurge de forma espontánea. Es un viaje al pasado cargado de nostalgia por una etapa en la que pocas o ninguna preocupación teníamos aparte de superar los exámenes. Yo creo que es bonito, aunque comprendo a algunas personas el plan les parezca espantoso jajajaja.

      Me alegro de que te haya gustado, ¡muchas gracias y una gran abrazo también para ti!

      Eliminar
  10. Sea ficción pura o sea algo real, el relato me ha encantado. Fluye con frescura entre los recuerdos que desencadenan los mensajes, las expectativas y la preparación de las palabras para el brindis. Lo tejiste con naturalidad, un toque de humor y mucha ternura.
    Un gran abrazo, Julia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Generosas palabras las tuyas, Mirella, que me llenan de satisfacción. Todo en el relato es cierto, y también esa ilusión, la emoción y las expectativas por el reencuentro con mi niñez y las personas que me acompañaron en ella. Me alegro muchísimo de que percibas esa ternura y nostalgia que me inundó al escribirlo :)

      ¡Gracias por la visita y un abrazo enorme!

      Eliminar
  11. Intuyo que eres la protagonista encargada del brindis, si es así, lo harás de maravilla, simplemente con la naturalidad que te caracteriza.

    Julia, hay mucha emotividad en cada palabra, alegría y una buena dosis de optimismo, y buen humor. Me hiciste ver algo que considero vital mientras una camina por la vida y va dejando atrás a personas queridas (por algo,) y es; que el tiempo no tiene edad ni nombre ni razonamiento, a pesar en este caso de haber pasado 32 años, ¡es mágico! que la apariencia física deja de ser tal para convertirse en una mirada hacía el interior, aunque asomen arrugas, canas...lo que sea. Si que es un milagro valioso, que pese a la distancia, tal vez, diferencias equis, una conserve memoria suficiente para vivir semejante encuentro y gran evento con la inocencia que se dejó, pero que sigue estando. Y que hermoso, ver eso que viste/vio la prota, los detalles de las formas; ¡no son nada! además de entender, lo que realmente se va a celebrar en tan especial día.

    Amiga querida, si que fue ameno en todos los sentidos, pero no pude por menos de emocionarme por los valores que hay implícitos en el relato, al menos así los percibí. Lleno de luz e inspiración, de crecimiento espiritual, "la lucha"por vencer obstáculos en la vida quizá, seguirán estando, también la amistad y ese nada que incluye todo.

    Felicidades, Julia.
    ¡Un abrazo con brindis incluido!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A estas alturas ya he despejado la duda, querida Mila, y acertáis tod@s l@s que supusísteis que había mucho, o más bien todo, de verdad en el relato.

      Has dicho algo que me ha parecido precioso, y es que el viaje vital en el tiempo de cada uno acaba por convertirse en una mirada hacia el interior. ¡Qué cierto es! A estas alturas ya no hay diferencias ni motivos para llevarte mal con nadie, solo queda la experiencia compartida, esos años de formación y juegos, de risas y descubrimientos. Eso es lo que celebramos, un reencuentro con la etapa de la vida que dejamos atrás. Y no importa lo físico, porque nos miramos con los ojos de aquella niñez y seguimos siendo tan jóvenes...

      Al mismo tiempo, cuando hablamos de lo que ha sido nuestra vida desde entonces, te das de bruces con historias tan duras que te estremeces. Ya no hay lugar para la despreocupación o la inconsciencia, tenemos 50 años y esa oportunidad pasó. Pero aún así hay que celebrar porque aquí seguimos :))

      Un comentario muy "rico" e inspirado, preciosa, ¡me ha encantado leerte! Mil gracias por la visita.

      ¡Besitos nocturnos!

      Eliminar
  12. Bonito, tierno, certero...¡no sé qué más decirte! Me ha encantado. Precisamente las pasadas vacaciones de Semana Santa fueron unos días (en mi tierra natal, en Cádiz) de coincidir por la calle con muchas de esas niñas con las que compartí colegio y el texto me ha resultado doblemente emotivo por eso.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entiendo que te haya traído recuerdos, Noelia. ¡Es que la infancia es una etapa mágica! Espero que tus recuerdos y vivencias sean todos positivos y si no, hay que tomárselos como parte del aprendizaje de la vida. Al fin y al cabo somos el resultado de todo lo que nos pasa, no? :) Me alegro mucho de que te haya gustado el texto, ¡muchas gracias!

      Besitos.

      Eliminar
  13. A mí también se me antoja un relato autobiográfico, pero eso es lo de menos a la hora de saber representar una situación bastante habitual: el reencuentro con nuestro pasado hecho actual. La ilusión por el encuentro después de tantos años junto con la duda existencial de si seremos reconocidos y reconoceremos a quienes fueron nuestros compañeros y, entre ellos, algunos amigos entrañables.
    Cuando yo pasé por ese "trago", hace muchos años, todavía no existía WhatsApp, de modo que el contacto fue exclusivamente telefónico y haciendo correr la voz, y el cara a cara fue de golpe y porrazo, con lo cual el shock emocional fue de órdago, jajaja. Esa fue el primero y último encuentro. No se volvió a repetir. En cambio, a mi mujer le pasó hace relativamente poco y forma parte de un grupo de WhatsApp, y aun después de dos encuentros, sigue siendo un sin parar de sonidos y vibraciones en su móvil. Y como su experiencia no fue precisamente buena, está por darse de baja del grupo, jajaja.
    Me ha encantado tanto el fondo como la forma que tienes de contarnos tus historias, siempre con el factor humano por delante y ese toque de humor.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No me había puesto en la situación de que no existiera el whatsApp, Josep, y la verdad es que prefiero que exista jajajaja. Como tú dices el impacto de un reencuentro múltiple pasados tantos años puede ser muy fuerte. Así, al menos, vamos poco a poco :)

      Este "trago", como tú dices, lo pasamos todos en algún momento con muy desiguales resultados. Una de mis hermanas pasó por él y salió súper decepcionada de ver lo "tontas" que se habían vuelto sus compañeras. Poco menos que pedían un certificado de "pedigrí" para poder acudir a la comida. Ella, que odia todo lo relacionado con el postureo, las dejó con un palmo de narices y no acudió. A tu mujer, en cambio, parece que le ha ido genial. Yo aún estoy por saberlo, pero tengo muy buenas vibraciones (sí, el relato es del todo autobiográfico) :)

      Me alegro mucho de que te haya gustado, Josep, ¡muchas gracias!

      Un abrazo de viernes y feliz finde.

      Eliminar
  14. Yo también siento una curiosidad malsana en saber qué hay de cierto y de inventado en lo que cuentas.
    Cuando yo me reuní con compañeros de la facultad después de más de veinte años sin saber de algunos sí vi cambios físicos, los años no pasan en balde y el tiempo es cruel (especialmente en los hombres que no se tapan tanto los años y me refiero a que no suelen teñirse y pierden el pelo), pero en un momento dado cerré los ojos y me di cuenta de que las voces eran iguales y, lo que me pareció entrañable, que tenían la misma alegría de cuando éramos jóvenes. Eso es lo mejor.
    Espero que esa reunión sea todo un éxito.
    Un besote.
    P.D. Yo también tengo una pulsera de esas que avisa de los mensajes entrantes en el móvil y he tenido que desactivar la función porque es un coñazo que esté vibrando a todas horas, qué quieres que te diga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El relato es cierto palabra por palabra, Paloma, ¡misterio desvelado! :))

      Yo creo que en este grupo nos encontramos todas tan estupendas porque nos estamos mirando desde el cariño y la nostalgia de lo compartido (aunque es cierto que algunas están casi iguales y que se conservan genial). Éramos niñas, menos de dieciocho años en cualquier caso, ¡es imposible que el tiempo no nos haya pasado factura! Pero da igual, el brillo de los ojos, las sonrisas, el sentido del humor, la personalidad, eso sí perdura y es lo que nos hace reconocibles al cien por cien.

      Otra cosa que me encanta es que todas participan en el grupo desde la humildad, la naturalidad, sin hacer alarde de nada (y muchas tienen motivos para presumir, ya lo creo). Aquí no hay competencias, solo buen rollo y cariño. Me emociona, la verdad, y aunque cada una tiene su propia experiencia, coincidimos en que recibimos una excelente educación académica y muy buenos valores.

      Yo me compré la pulsera, en parte, porque nunca oigo el móvil. Ahora, a ratos, quisiera no oirlo jajajajaja. No lo desactivo porque tengo un grupo con mis hermanas para estar pendientes de mi madre, que si no...

      Muchas gracias por venir y por tus buenos deseos, Paloma.

      ¡Un besazo!

      Eliminar
  15. El nuevo infierno se llama: "grupos de WhatsApp", ja,ja,ja, es que supongo que hasta en las cárceles los presos se organizan por este invento maldito :-).

    Yo apostaría a que algo de autobiográfico hay en el relato; bueno de hecho creo que aunque sea una historia totalmente inventada, cualquier relato deja retazos de las vivencias del autor.

    Excelente redacción Julia, y por lo tanto muy fácil de leer.

    Gran abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú lo has dicho, Miguel, es un invento maldito jajajaja. A ratos resulta muy práctico y te permite solucionar muchas cosas con menos esfuerzo que un mail o una llamada de teléfono, pero tiene sus pegas y no son pocas. De todos modos creo la cosa no tiene arreglo, porque quedarse "fuera" tampoco mola.

      Ciertamente todo lo que escribimos tiene una parte de nuestras vivencias, fantasías, deseos, opiniones. Es difícil ser aséptico por completo, pero en este caso ni lo he intentado. Tal cual, palabra por palabra, es cierto todo lo que cuento.

      Gracias como siempre por tu tiempo, tu amable comentario y tu puntual visita :))

      ¡Un abrazo y buen finde!

      Eliminar
  16. Ay, la vida... Precioso, Julia y un final genial ;-) Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Marta, ¡me alegro mucho de que te haya gustado! Como tú dices con un suspiro, es la vida :))

      Un beso enorme y feliz finde.

      Eliminar
  17. Sabes, porque te lo he dicho, que te he echado de menos. Pero, me alegro de haberlo hecho por este motivo que, además, me recuerda la reunión que tuvimos nosotras hace unos años para la celebración de nuestros 25 años de la salida del cole. Yo también estudié en un colegio de monjas tantos años como lo hiciste tú, y describes exactamente los sentimientos que tuve yo en aquel momento. Es más, inauguré el whatsapp con aquella reunión.
    Lo que más me ha gustado es la parte en la que te refieres a que ninguna hemos cambiado para las demás a pesar del paso de los años.
    Te deseo muchos éxitos con tus preparativos ¡Ya nos contarás!
    Un besazo y sigue disfrutando.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eres un sol, Macarena, yo también os echo de menos cuando no ando por aquí, pero a veces, por más que uno quiera, es imposible estirar más el tiempo. Menos mal que todo son etapas y acaban pasando :))

      Veo que tú ya has pasado por una reunión prácticamente igual, y por cierto que espero que saliera muy bien. A mí ésta me hace mucha ilusión, sobre todo porque veo muy buen rollo entre las compañeras. Algunas no han querido formar parte del grupo, algunas no han dicho nada de nada aún y algunas se han salido, es normal, pero seguimos quedando más de 70, suficientes para formar un buen jaleo el día del almuerzo jajajaja. Será en septiembre :))

      Lo de vernos iguales a pesar del paso de los años es porque nos miramos desde el cariño, no hay otra explicación.

      Otro besazo gigante para ti.

      Un besazo para ti y mil gracias por venir siempre a leer.

      Eliminar
  18. Julia qué bonito el post, mira que habiendo escrito tan bonito las sensaciones durante la existencia del grupo no me cabe duda que las palabras para el brindis quedarán perfectas a la ocasión.

    Ciertamente no valoramos a tiempo el tiempo. Hace tres años era veintiañera y ya no lo puedo decir más. Es impresionante que sea tan difícil de definir el tiempo, no sólo es el paso de horas, minutos y segundos, días y años; no. Son todo lo que hemos experimentado, creído y vencido.

    Disfruta ese día y toma muchas fotos. Seguro que guapísimas y muy dignas todas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué alegría verte por aquí, Fany, ¡hacía mucho! :))

      Es cierto que el paso del tiempo es una cosa curiosa y, a veces, bastante subjetiva. Yo ahora veo a casi todo el mundo muy joven y antes con 40 ya los encontraba "viejos". Cumplir años te cambia la perspectiva, no hay duda.

      Has dicho una gran verdad y expresada de un modo casi poético: "no valoramos el tiempo a tiempo". Solo nos queda rectificar mientras tengamos oportunidad.

      Muchas gracias por tu visita, que me ha hecho mucha ilusión, y por tus buenos deseos que espero se vean cumplidos.

      ¡Un abrazo, Fany!

      Eliminar
  19. Hola Julia,
    Me encantó lo que escribiste con pinceladas de humor , creo que estos son pequeños momentos grandes e intransferibles, que llenan el alma. Estos reencuentros con aquellos años de la adolescencia son ocasión para revivir épocas doradas. El abanico de sensaciones que suelen deparar este tipo de encuentros es muy amplio. Un placer leerte y que disfrutes mucho esos momentos.
    Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Holitas, Yessy :)

      Yo creo que estos reencuentros con otras épocas de nuestra vida son emocionantes y una oportunidad de hacer balance, aunque comprendo que a otros les resulten tediosos o un fastidio. Yo pasé muy buenos años en ese colegio y tuve unas compañeras fantásticas, así que estoy deseando verlas y saber de ellas. Como muy bien dices el abanico de sensaciones puede ser amplísimo y esperemos que positivo.

      Me alegro mucho de que te haya gustado el texto y mil gracias por tus buenos deseos.

      ¡Un beso y buen finde!

      Eliminar
  20. Hace unos cinco años nos reunimos los de la promoción, con mucha ilusión de vernos sobretodo con mis compañeras de internado, ya que en la infancia se forjaron lazos fuertes de hermandad. La convocatoria la organizaba un compañero del vecino colegio de chicos, recibimos notificaciones por correo electrónico. "N" me animó a registrarme en Facebook, y claro por nombre y apellidos nos fuimos agregando siendo una gran comunidad de amigos. Compartía mis escritos y una compañera me dio una gran alegría "Cada sábado sus hijas adolescentes y ella leían mis relatos".
    Mis compañeras y yo lo pasamos bien, incluso se celebraron varios matrimonios entre los de un colegio y lo de otro. Comimos allí, entre risas y anécdotas. Como cuando me encerraron en el armario de la clase de Química, ellos no se acordaban.
    Ellos habían cambiado más físicamente que nosotras.
    Tu relato me ha hecho recordar el mío. Pasamos un bonito día de verano, jugando a la comba con las hijas de algún compañero, recordando el Viaje de Fin de Curso a Málaga.
    Lo único que me causó nostalgia es comprobar como las instalaciones del colegio ya no eran lo que fueron. Ahora está medio abandonado. Una pena.
    Un abrazo. D.O.R.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de haberte traído tan buenos recuerdos con este texto, Lola. Creo que los reencuentros con nuestra infancia y juventud, con tantas anécdotas quizás medio enterradas en el olvido, con los compañeros, etc, activa una nostalgia positiva en nosotros. También son una excelente oportunidad de hacer balance y ver cuántos de nuestros sueños se han cumplido.

      Lo del edificio en mal estado de conservación entiendo que te diera mucha pena. Yo hace muchísimos años que no veo mi "cole" por dentro. Si en esta ocasión tenemos oportunidad de hacerlo, espero no llevarme una decepción.

      Muchas gracias por acercarte hasta aquí para leer, Lola. Siempre es un gusto saber de ti.

      ¡Un beso grande de verano!

      Eliminar

Publicar un comentario

Si te apetece añadir algo, sería estupendo que lo compartieras :)